sábado, 8 de noviembre de 2008

RAFAEL MARÍA BARALT

ADIOS A LA PATRIA

Tierra
del Sol amada,
Donde inundado de su luz fecunda,
En hora malhadada
Y con la faz airada
Me vio el lago nacer que te circunda.

Campo alegre y ameno,
De mi primer amor fácil testigo,
Cuando virgen, sereno,
De traiciones ajeno,
Era mi amor de la esperanza amigo,

Adiós, adiós te queda.
Ya tu mar no veré cuando amorosa
Mansa te ciñe y leda,
Como joyante seda
Talle opulento de mujer hermosa.

Ni tu cielo esplendente
De purísimo azul y oro vestido,
Do sospecha la mente
Si en mar de luz candente
La gran mole de sol se ha convertido.

Ni tus campos herbosos,
Do en perfumado ambiente me embriagaba,
Y en juegos amorosos,
De nardos olorosos
La frente de mi madre coronaba
Ni la altiva palmera,
Cuando en tus apartados horizontes
Con majestad severa
Sacude su cimera,
Gigante de la selva y los montes.

Ni tus montes erguidos
Que en impío reto hasta los cielos subes,
En vano combatidos
Del rayo, y circuidos
De canas nieves y sulfúreas nubes.

Adiós. El dulce acento
De tus hijas hermosas: la armonía
Y suave concento
De la mar y el viento,
Que el eco de tus bosques repetía;

De la fuente el ruido,
Del hilo de agua el plácido murmullo,
Muy más grato a mi oído
Que en su cuna mecido
Es grato al niño el maternal arrullo;

Y el mugido horroroso
Del huracán, cuando a los pies postrado
Del ande poderoso,
Se detiene sañoso
Y a la mar de Colón revuelve airado;

Y del cóndor el vuelo,
Cuando desde las nubes señorea
Tu frutecido suelo,
Y en el campo del cielo
Con los rayos de sol se colorea;

Y de mi dulce hermano,
Y de mi tierra hermana las caricias,
Y las que vuestra mano
En el albor temprano
De mi vida sembró, gratas delicias,

¡O h madre, oh padre mío!
Y aquella en que pedisteis, mansión santa,
Con alborozo pío
El celestial roció
Para mi débil niño, frágil planta

Y tantos, aymé, tanto, Marcan a mis quebrantos
Breve tregua tal vez con mi memoria;

Presentes a la mía
En el vasto palacio o la cabaña,
Hasta el postrero día
Será mi compañía,
Consuelo y solo amor en tierra extraña.

Puedas grande y dichosa
Subir, ¡oh patria!, del saber al templo,
Y en carrera gloriosa
Al orbe, majestosa,
Dar de valor y de virtud ejemplo

Yo a los cielos en tanto
Mi oración llevaré por ti devota,
Como eleva su llanto
El esclavo, y su canto,
Por la patria perdida, en triste nota

Duélete de mi suerte;
No maldigas mi nombre, no me olvides;
Que aun cercano a la muerte
Pediré con voz fuerte
Victoria a Dios en tus fatales lides.

¡Dichoso yo si un día
A ti me vuelve compasivo el cielo;
Dulce muerte me envía,
Y me da, patria mía,
Digno sepulcro en tu sagrado suelo.



RAFAEL MARÍA BARALT. Nació en Maracaibo, 1810, y murió en España (Madrid), en 1860. Fue ingeniero, militar, polígrafo,filólogo, historiador, orador, poeta. Uso los seudonimos de :A.A.A. y el de Manuel Aquilino Garcia.
Es el primer americano que ocupar un sillón de número en la Real Académia Española ,(1853), pronunció en esa oportunidad un discurso, que para el crítico Méndez Pelayo certificó la obra maestra de Baralt. Triunfó en un certamen literario con su trabajo Oda a Cristobal Colón. Es considerado justamente como uno de los más notables prosista de la Lengua Castellana en el siglo XIX.Fue el primero en escribir La Historia de Venezuela. Fue también redactor de un periódico zuliano, EL PATRIOTA DEL ZULIA: Baralt comienza muy tempranamente su carrera de escritor público y concretamente de periodista. Pero no es hasta 1842, tenía 32 años, cuando escribe versos, su gran obra VUELTA A
LA PATRIA; escrita en estrofas sobrias y rígidas, pero que lo inmortaliza y lo identifica como uno de los zulianos más aquilatado.

La última estrofa de Vuelta a la Patria la agraga en la última etapa de su vida,y esta lo identifica más con su tierra natal. Sus restos se extraviaron y tuvieron que transcurrir 122 años para su regreso a la Patria, aunque el Senado de la Republica le había concedido los honores del Panteón Nacional desde 1943 y sólo el 24 de Noviembre de 1982 vino a descansar a lado de Simón Bolívar, no sin antes pasar un noche en su Maracaibo.


Texto de una carta dirigida a su Padre

" Todo se ama en la Patria cuando uno esta distante de ella: los hombres y las cosas y los amigos y los enemigos, el aire, y la tierra y las palabras.

!Quien me diera ver, aunque fuera un instante esa playa querida.








viernes, 7 de noviembre de 2008

JOSÉ RAMÓN YEPES

L A R A M I L L E T E R A

Ramilletera de estos alcores,
Siempre vendiendo llenos de cintas,
De cintas verdes, ramos de flores;
Si ya vendiendo
Te siguen siempre los ruiseñores,
No es por las flores de gayas pintas,
Sí por el seno do van las cintas.

Del huertecillo de los manzanos
Dicen que quieres, ramilletera,
Los olorosos lirios enanos,
¿Por qué los quieres,
Cuando no hay lirios como tus manos?
No por la fama, que es volandera,
Sí por ser linda, ramilletera!

Tiene tal magia tus ojos pardos,
Que el Dios con venda sobre los ojos,
Entre verbenas, mirtos y nardos
Guardó su venda,
Rompió la aljaba, rompió los dardos,
Queriendo sólo que en sus enojos
Sirvan los dardos que hay en tus ojos.

Como andas siempre por los rosales,
Y esa s tus trenzas son hebras de oro,
Dicen no hay otas trenzas iguales,
Porque en tus trenzas,
A los suspiros primaverales,
Van ocultando como un tesoro
Las mariposas su polvo de oro.

Según repiten las zagalejas
Por las encinas de boca en boca,
Mientras dormías so las añejas
Altas encinas,
Posó en tus labios tropel de abejas,
Y al despertarte la turba loca
Panal de Hibla llamó tu boca.

¿Qué más? El día que las junqueras,
Cogiendo flores, quedó tu talle
Preso entre juncos y enredaderas
Llenas de flores,
Se dijo a gritos en las praderas,
Que entre los juncos del hondo valle
No hay junco verde como tu talle.

No, pués, te engrías, dulce paloma,
Vendiendo incauta tus ramilletes.
Es que no hay flores con tanto aroma,
Como la incauta,
Que baja al valle, sube a la loma,
Dejando toquen sus brazaletes,
Mientras le compran sus ramilletes.

HIMNO EPITALÁMICO

No en esa estancia penetréis divina:
Sobre el ara de aromas,
Pálida de pasión, llevó Ericina
Sus risueñas palomas.

¡Atrás! ¿No veis que hasta el dorado plinto
Cae el flotante velo?
La diosa ha descendido a ese recinto
En un rayo del cielo.

Velad tanto esplendor, oculte Apolo
La luz de sus mañanas:
Que a la estancia nupcial penetren sólo
Las flores por galanas.

La madre del amor desciñe estrecho
El ceñidor de oro.
Roja la boca y palpitante el pecho
Del oculto tesoro

Suelte temblando, al seductor desvió
La crencha perfumada…
¡Cuán divina estarás , rosa de Chío,
Así, medio velada!

Fortunado amador, la diosa esbelta
Yá besa al dulce niño;
Mirad como el rapaz sonriendo suelta
Su túnica de armiño.

¡Silencio! Ni un suspiro en el imperio
De los castos amores.
No temáis que una flor rompa el misterio.
Que mudas son las flores.


T Á R D A S

¡Tárdas!, y muere el día,
Y se acerca la noche, y desespero…
Tárdas, Clemencia mía,
Porque no sabes tú cuánto te quiero.
Herido siento el corazón, y lloro,
Y tú tárdas, Clemencia, y yo te adoro.

En silencio apacible
Se han venido los astros asomando,
Y tárdas!...Imposible
Es vivir como yo vivo agonizando,
Muriendo en medio de tan dulce calma.
¡Ay!, si vinieras tú, bien de mi alma!...

Si vieras en mi anhelo
Como sufro esperando tu venida;
Como demando al cielo
La paz del corazón, ya que la vida
Eres, Clemencia, tú, tú que no vienes
Y aquí esperando sin piedad me tienes…

En zozobra tan triste,
Piénsalo bien, Clemencia, yo me muero:
Mi alma no resiste
El bien de la esperanza, si te espero…
El bien de la esperanza…¡cuán sombrío
Es ese bien, si tardas, amor mío!

Clemencia, bien lo sabes:
Mientras mi pobre corazón se abisma,
Solemnes son y graves
Nuestro destino, nuestra vida misma…
Silencio, hermosa! Cuando así se quiere
Palpita el corazón, estalla…y muere!


AL L A G O (fragmento)

Perfiles de oro tienen a miles
Las tersas olas del lago azul,
I, aunque otros lagos tengan sutiles
Perfiles de oro,
No son de aquellos aúreos perfiles,
Olas de fuego, randas de luz,
Perfiles de oro del lago azul.



A MARACAIBO (fragmento)

Opacos horizontes
Y rumor de airecillos y cantares,
Y sombras en los montes,
Y soledad dulcísima
En la tierra feliz de los palmares,
Y allá a lo lejos la luna que se encumbra
Y un cielo azul de porcelana alumbra.


EL RAYO AZUL (fragmento)

Siempre brillando en las marinas brumas
Al último reflejo vespertino!
Por qué me inspiras tú, rayo divino,
La paz del corazón?
Más puro que las aguas tembladoras
Del plateado y pacífico arroyuelo,
Por qué te asomas tú, rayo del cielo,
Como extraña visión?

JOSÉ RAMÓN YEPES. Nació en Maracaibo en 1822, y murió en Maracaibo, trágicamente en 1881, sirviéndole de tumba el Lago que tanto amo.Fue marino y escritor (poeta y narrador). Como marino llegó a ser general de brigada, grado que equivale a contralmirante en la actualidad, fue Capitan del puerto de Maracaibo en tres ocasiones, director de marina en el Ministerio de Guerra y Marina (1874 y 1877). Además ocupó los cargos de diputado y senador al Congreso Nacional. Fue llamado El Cisne del Lago, y usó el seudónimo de Guairaratín. Sus últimos años transcurrieron en Maracaibo, donde su muerte fue rodeada de una hermosa leyenda; cuéntase que al morir ahogado en su Coquivacoa, un Cisne remonto vuelos desde las aguas,” Era su alma que voló en forma de Cisna hacia el cielo”. El duelo regional fue inmenso, localizados sus restos y en 1949 fueron trasladados al Panteón Nacional. Perteneció a la primera generación romántica venezolana, donde se le considera su mayor figura, poeta nativista, escribió dos pequeñas narraciones: Anaida e Yguaraya. Su nombre debe ser rescatado para la historia literaria venezolana.

martes, 28 de octubre de 2008

JESÚS ROSARIOS ORTEGA " EL GRAN CHEVOCHE"

CARTA A UN HERMANO

(Décima)

I
Que te sucede cristiano
Porqué te entregaís de lleno
A beber que eso no es bueno
Te lo aconseja un hermano
Ya tu cuerpo no está sano
Ya mostraís debilidad
Haces de tu voluntad
El poderte arrepentir
A ver si podeís vivir
Si quiera tres meses más

II
Sufro con resignación
Si para mi no hay caricias
Hoy mi única delicia
Es cantar y beber ron
He perdido la razón,
La vista y la inteligencia
Y creo que la paciencia
También se me está acabando
Porque yo de vez en cuando
Cometo alguna imprudencia

III
Como es posible que vos
Siendo de todos el menor
Y que te tenga el alchol
A una edad mayor que yo
Que ya tengo ochenta y dos
Años que vos lo sabéis
Decime si es que teneís
En realidad algún capricho
Porque dejándote dicho
Es mejor que te cuideís…

JESÚS ROSARIO ORTEGA “CHEVOCHE”. Nació en Maracaibo en 1890 y murió en Maracaibo en 1994. Pescador y decimista, expresión de la comunidad de Santa Rosa, Décimas (versos que fueron cantados), a través del canto Paraujano, donde su inspiración del sol, agua y humor, expresó la inconformidad por el abandono oficial de su terruño, sus manglares, sus hombres y su lago. Pescador, cazador de caimanes, cortador de mangle y carpintero, fueron algunos de los oficios desempeñados por el decimista Paraujano, siempre presto para el chiste hiperbólico, mientras creaba cerca de 500 décimas que trasmitían el sentir de su pueblo.
Se autodefinió en sus versos cuando decía

Canto por querer cantar
Sólo por naturaleza
Porque no hay en mi cabeza
Dos notas que deletrear.

Con Giovanni Villalobos y su hermano el indio Miguel, hicieron surgir el grupo Venezuela en Cuerdas y Canto, así como también El Centro de Educación Popular ( CEP), que hoy lleva su nombre

lunes, 27 de octubre de 2008

JOSÉ CASTILLO ROMERO JOCAS TILO

LA UNA DE LA NOCHE
Para José Luís Villasmil

Bajo el dombo espectral del firmamento,
La torre del Convento se levanta;
Cíclope augusto de mirar sangriento
Que vela el sueño de la Casa Santa!

El dorso del extenso pavimento
Va devorando en vórtice la llanta
De un automóvil, cuando rompr el viento
Con el férreo graznar de su garganta ¡….

Se escucha una lejana serenata!
La felina algazara inoportuna
Trunca de un gallo la quiquiria grata!....

Un bronce vibra en la orquesta. LA UNA.
Mientras esconde su fulgor de plata,
En los cristales índigo la luna!..

JOSÉ CASTILLO ROMERO, (a) JOCAS – TILO- Nació en Maracaibo en 1892. Murió en Maracaibo en 1958. Artista visual (pintor y escultor), músico y escritor (poeta), usaba el seudónimo de Jocas Tilo. No logró culminar sus estudios de secundaria, la vida le exigió trabajo para el soste de su familia. Fue Autodidacta, conocía a fondo sin embargo, el idioma castellano y las culturas clásicas, así como disertaba sobre historia universal, filosofía y literatura con gran facilidad.
Bohemio empedernido, con esa bohemia- a lo Darío- de versos y licor, de noches enteras de embriaguez para despertar la musa, afinar la lira y tocar el laúd, muy propia del movimiento modernista. Fino sonetista, compositor de valses y bambuco, elegante prosista, destacado pintor, fundo con otros El Círculo Artístico del Zulia

Don Armando Molero (El cantor de todos los tiempos) entonaba una de sus creaciones
Pinta la luna su faz sonriente
Sobre el arroyo madrugador,
La mariposa, tierna, durmiente,
Tranquila posa sobre la flor.
El viento silva, la rama cruje
El artesano descansa ya,
Cantan las aves, el toro muge,
Es que la noche reinando está.

No público libros. Su obra poética quedo dispersa en peroiódicos y revistas de la
Época .

ATENÓGENES OLIVARES CASTILLO

CARNE DE INDEPENDENCIA

Al General Rafael Urdaneta

Tú fuiste el más leal de todos: el “Brillante”,
El primero en la lucha después de Don Simón;
Te nombran el epónimo y el Soldado Galante,
Porque al par que la espada brindaste el corazón.

Tú fuiste el nervio vivo del impulso gigante
Por conquistar el mirto de la emancipación;
A la Patria luciste, cual la luz al diamante,
Y a través de Bolivár no tienes parangón.

Por eso te veneran los pueblos, De Corinto
Te yergues inmutable, de frente al laberinto
Que adultera los pasos sagrados de la Historia.

I en estas horas graves de rúbricas guerreras,
Cómo infunden respeto tus firmes charreteras,
El cinto de tu espada y el timbre de tu gloria

ATENÓGENES OLIVARES CASTILLO. Nació en Maracaibo 1905, y murió en Maracaibo en 1993. Periodista y escritor (históreografo. Biógrafo, ensayista y poeta). Ejerció el periodismo desde muy joven; en la redacción del diario La Información propidad de Juan Besson, el cual llegó a dirigir, también trabajo el periódico El País de Ramiro montiel. Fue redactor y director de los semanarios: El Murciélago (1927), Orión (1930), Maracaibo (1934) y otros como: Abril, Catatumbo, Tribuna, El Antruejo. Colaborador permanente del diario Panorama, donde mantuvo una columna titulada “Candil de la historia”. Además de sus libros publicados, donde sobresalen dos volúmenes de semblanzas biográficas de prohombres del Zulia, bajo el titulo de Siluetas del Zulia. Dejó inéditos valiosos trabajos: Minutero Histórico del Estado Zulia, Cantores Populares del Ayer, Cofre de versos, etc etc

martes, 14 de octubre de 2008

JESÚS ALFONSO FERRER

LA BEATA MARÍA

En el pueblo la llaman “La beata María”
Por que ella se dispara, rauda como un venablo,
Por llegar de primera de la feligresía,
A oir Misa, de hinojo junto a un viejo retablo.

Asombrada refiere que en un sueño se había
Visto, hediendo los aires en los cuernos del diablo;
Sin embargo, ella espera que le baje algún día,
En el pico de un pájaro, el pan, como a San Pablo.

“La beata María” no es la beata entera:
Si ella no hablara tanto, quién sabe si lo fuera,
Pues los mendigos salen harto de su covacha.

Dice que no recuerda que haya una vez pecado;
Pero, a pesar de todo, según los del poblado,
No descansa su lengua, que corta como un hacha.

JESÚS ALFONSO FERRER. Nació en Altagracia, Municipio Miranda, Estado Zulia en 1896: Se destacó como poeta de clásica estructura, dedicado especialmente al romance. Buen sonetista. De él dijo el Dr. Jesús Enrique Lossada: “Tiene el don de forjar el molde métrico sin deformar el pensamiento que quiere fundir en él, y éste es uno de los dones por los cuales se reconoce al Poeta verdadero.- Ha públicado en versos: “Músicas Graves y de Ensueño”, “Oyéndome por Dentro”, “Rumor de Frondas” y” “Bajo mi Techo –Rincón de Siemprevivas”. En prosa: “ La Obediencia” (conferencia) y “Hombres del Zulia” y algunos versos inéditos .

domingo, 5 de octubre de 2008

RAFAEL MARÍA LÓPEZ TROCONIS

LA SAMARITANA

Al abrir mi balcón esta mañana,
Toda su gracia el aura mañanera
Dejó caer sobre la frente arena
De una linda y gentil samaritana
Convertida en piadosa limosnera.

¿Por qué imploraba a tan temprana hora,
O qué extraño destino perseguía?
Hermana del Amor y de la Aurora,
Cuando su mano temblorosa implora
Luce más bello el rosicler del día.

La he encontrado otras veces. Cuando viste
La tragedia su máscara doliente,
Ella se afana en consolar al triste,
Y en todo cuanto sufre y cuanto existe
Prende la llama de su amor ardiente.

Moría de hambre un niño. En la calleja,
Doliente y solitario se perdía,
Como se pierde en el erial la oveja,
Y calló con sus besos la honda queja
Con que aquel niño hambriento se moría.

La vi escoger canciones celestiales
Del pentagrama azul de los amores,
Y con arpegios de ángeles triunfales
Convirtío los siniestros hospitales
En clásicos nidal de ruiseñores.

No la detiene en su misión sagrada
Ni el trueno del fusil ni la metralla,
Y se mantiene, hermosa y abnegada,
Lo mismo en la ciudad alborozada
Que sobre el rojo campo de batalla.

Los huérfanos sin pan y sin abrigo
Saben de sus cariños con exceso,
Y olvidan la injusticia del castigo
Calmando el hambre con el tierno trigo
Y el dolor de sus almas con sus besos.

Mujer divina que a la vez humana,
Eres sabia en recónditos dolores.
Yo te he visto pasar, samaritana,
En la góndola azul de la mañana,
Curando heridas y regando flores.

En tu mano benéfica que sella
Y unge la caridad con oro vivo,
Yo quisiera dejar mi eterna huella
Y que, en tu mano, el oro de una estrella
Respondiera a tu gesto implorativo.

Porque eres, de la Patria bendecida,
Ornato puro y gracia lisonjera,
Yo quisiera mirarte confundida,
Como la Estrella de Belén, prendida
En la gloria triunfal de mi Bandera.

Samaritana, cuando yo me muera,
En cualquier hora próxima o lejana,
Nimba mi frente con tu cabellera,
Y dame en tu mirada postrimera
Tu limosna de amor, samaritana.

RAFAEL MARÍA LÓPEZ TROCONIS: Nació en Maracaibo en 1892, murió en Caracas en 1933. Periodista, escritor y orador. Poeta posmodernista, biznieto del ilustre zuliano Rafael María Baralt, perteneció al grupo literario “Seremos”, fue director de La Hora Literaria (organo informativo), En Puerto Cabello dirigió los periódicos: El Estandarte y Argos. Residió los últimos años de su vida en la isla de Margarita, donde escribió el poemario”La Isla de Nacar”, que fue publicado póstumamente, con tonos eróticos, épicos de agustia y misticismo, y donde se publicaron las estrofas ya escritas.

LUIS FELIPE LEÓN

OH, PRIMAVERA

¡Oh, gentil primavera!
Panorama de ensueño, fuente de poesía ¡
Por tu pompa y tu cetro eres la Mensajera
Que Dios al Campo por abril envía.
Tú traes entre efluvios de violetas,
Cuyas alas de seda abre el beso de día,
Dulce motivos para los poetas
Que en sus almas inquietas
Llevan aprisionada la armonía.

¡Oh, gentil Primavera!, tu carroza es de flores
Exornada con lluvia de irisados colores.
I tú vienes en ella
Con la presencia suma de una estrella
Que caída del cielo va sembrando fulgores.

La cascada de oro de los trinos
Te anuncia como heraldo por todos los caminos.
I en rumorosa fiesta te anuncian las palmeras,
Cuando de tardos vientos a los soplos cansinos
Remueven como en un sueño la prez de sus cimeras.

Te anuncias jubiloso
El gallo al desatar sus claras dianas,
Te anuncia el cielo hermoso
En las sonrisas frescas de nubladas mañanas,
Cuando feliz el corazón gozoso
Escucha el alborozo
Que riegan en el aire las campanas.

Te anuncia de los árboles la orquesta
Cuando mecen sus copas en la verde floresta
Donde la vida se perfuma y canta:
I la brisa serena
Que va desenredando su melena
Como el hilo de un trino la alondra en su garganta
Te anuncian los jardines
Al romper su secreto de aroma los jazmines;
I al descoger sus pétalos las delicadas rosas
I las tropas aladas
Que del sol la fúlgida miradas
Forman al revolar las mariposas.

Te anuncian el raudo río
Que va de monte en monte con bronco vocerío
Cuando en las duras peñas desguaza sus cristales;
I en sus leves murmullos la doliente quebrada
Que finge una ilusión abandonada
En la fatalidad de los breñales.
I el sol cuando con ágil travesura
Se encarama en la altura
De los lejanos montes
También te anuncia con coruscos lampos
Que ruedad hasta el linde de los campos
I decoran de luz los horizontes.

Todo te anuncia, te pregona y canta;
Todo por ti levanta
Su voz de adoración; y se diría
Que en ti viene la estrella de la humana ventura,
Porque al par que derramas en la vida frescura
Vas por todos los campos desbordando alegría.

¡Oh, bella Mensajera de la veste florida!
Tú enciendes en las mentes las albas luminosas
De aquella edad de la temprana vida,
Que envuelta entre añorazas olorosas
Del alma en los remansos llevamos adormida.

¡Oh, Primavera hermosa
Que nos das el aroma de las rosas!
Eres la juventud con que se alegra
El viejo tronco con que mordió el destino,
I que un recuerdo de su vida integra
Clavado junto al borde del camino.

I porque eres tú la Mensajera
Que Dios el campo por Abril envía,
La musa eternamente te venera;
Porque tú viertes en los tristes bardos,
Oh, dulce primavera!
La savia de la verde sementera
I el alma oliente de los blancos Nardos.

LUIS FELIPE LEÓN: Nació en Maracaibo en 1892, murió en Maracaibo en 1947, comerciante, periodista y escritor (poeta), utilizó el seudónimo de Cesar Romano. Poeta épico que obtuvo gardenia de plata en los juegos florales, con el extenso poema “ A la Gloria de Sucre.

sábado, 4 de octubre de 2008

ADALBERTO TOLEDO

POR LOS PREDIOS BÍBLICOS

Sorprende a MARÍA de un ángel el vuelo…
Mensaje divino turba su oración.
En éxtasis oye su “Fíat” el Cielo,
¡Y surge el milagro de la Encarnación!

¡Divino misterio! ¡Misterio sublime,
Que el alma suspende, si el rito le nombra!
¡Misterio adorable, que al mundo redime,
Al hombre confunde y al ángel asombra!

¡El Eterno mismo que es suma grandeza,
Fuente innagotable de amor y dulzura,
Contenido en toda su gloria y belleza
En el molde frágil de humana envoltura!

¿Y cupo en la nuestra, limitada arcilla
De Dios la sapiencia que rige y destella
En el mar undísono, en la flor sencilla,
En la humilde oruga, o en clara estrella?

Responde tú, ¡oh Cristo! Con la omnipotencia
Que deslumbra en torno de tu mansa vida,
A cuya inefable, limpia refulgencia,
El mártir sus fieros dolores olvida.

Saturado dejas cuanto te circunda
De una vagarosa, mística fragancia,
Que desde tu cuna trasciende, e inunda
El huerto cerrado de tu dulce infancia

De tu infancia humilde, trémula del llanto
Que aljofara un día tu pulcra inocencia,
Y en la que cautiva, con vívido encanto,
Tu airosa disputa de magna sapiencia.

Es tu augusta frente rebosante nido
De ideas que lucen blancores de espuma,
Y donde el Paráclito bajó, convertido
En nívea paloma de rizada pluma.

Exaltó el encanto de tu faz hermosa
De atrayente gracia luminosa lluvia,
Que formara, en curva suave y armoniosa,
La breve guirnalda de tu barba rubia.

Tus ojos, luceros de ardientes fulgores,
De lumbre llenaron todos los caminos,
Y, para consuelo de humanos dolores,
Mieles destilaron tus labios divinos.

Subyuga el donaire que bulle y rebosa
Del cristal sonoro de tu blando acento,
Y, por escucharlo, calla ruburosa
La alondra; detiene sus giros el viento.

Ciñe tu cabeza rútila aureola
Que en fulgores baña tus rubios cabellos,
Y es tu sacra boca límpida corola
Bruñida al efluvio de vivos destellos.

El raudal de oro de tu cabellera
Prestigia tu busto de un sereno encanto,
Y se teje, a modo de una enrredadera,
Por servirte a un tiempo de diadema y manto.

Tus hombros son áncoras de infinitos dones,
Sedeña colina de esbelta hermosura,
Escalas que suben fieles corazones
Por ganar de un vuelo la célica altura.

Tus benditos brazos, al amor tendidos,
Al bien enlazados, de dolor cubiertos,
Del aprobio alzaron prójimos caídos,
¡Para quienes siempre los tienes abiertos!

¡Oh, la maravilla de tus manos puras,
Fuente de perdones, aras de consuelo,
En cuya sedeñas y casta blancuras
Cupieron holgadas las glorias del Cielo.

Tu cuello impoluto, que selló el martirio
Y tiñó de púrpura sangriento sudor,
Emerge a manera de cándido lirio,
De cándido lirio que es cifra de amor.

En tu pecho vuelca divina alborada
El rútilo encanto de sus resplandores,
Y a su luz se irisan blondas llamaradas
Encendida al fuego de humanos dolores.

Para el alabastro de tus pies sagrados,
Unciones tuvieron mujeres piadosas,
Y en la Cruz prendieron, al ser traspasados,
Rosal llameante de púrpureas rosas.

Belleza, armonía, celestial portento
De inmensa dulzura, de infinito amor,
A tu vida infunde aromado aliento,
De tu cuerpo forman peregrina flor.

Transmutabas presto delicuente saña
En piedad humilde; zarzales en rosas;
Y a volar pusiste, desde una montaña,
Bienaventuranzas como mariposas.

En todos los surcos el bien derramates,
En cima de gloria flameó tu bandera;
Y en almas innúmeras florecer lograste
Con la eterna gracia de una primavera.

Dominas y acallas broncas tempestades,
Desvías el curso de trovas centellas,
Y avanzas serano sobre el Tiberiades
Cual sobre una alfombra cuajada de estrellas.

Desata en parábolas tu sabiduría
De enseñanzas puras manantial sonoro,
Y en su linfas claras, dulce poesía
Riela en cambiantes de múrice y oro.

La oración más bella salió de tus labios
Cuando, traduciendo piadosos anhelos,
Y el Huerto una noche te vió suplicante,
Al peso de inmensas agustias vencido.

Entonces te aniegas pesar infinito;
Y a su influjo grave, tu figura adquiere
El aire doliente de un árbol marchito,
La belleza triste de sol cuando muere.

Y en la cima trágica de tu gran tortura,
Que aceptas sumiso, que sufres en calma,
Cristaliza en siete perlas de ternura
El dolor acerbo que te oprime el alma.

Piedras conmoviste del trágico Monte;
Y cuando expiraste, clavado en la Cruz,
Trepidaron juntos tierra y horizonte…
¡Y en rubor bañada, se escondió la luz!

Cerrados estaban tus ojos divinos,
Desasida el alma de tu cuerpo magro,
Cuando en las pupilas del ciego Longinos
La estrella encendiste de un nuevo milagro.

Recorrió tu vida la tétrica gama
Del dolor, gustando tu fiera acritud,
Y ornado de espinas, convertido en drama,
Termina el poema de tu excelsitud.

Tu sepulcro guarda soldadesca impía
Que te niega y burla con rencor abyecto;
Más de allí te alzas al tercer día.
Rutilante, hermoso, triunfal, resurrecto.

Dominas los siglos; divides la Historia;
Abarcas el orbe tus brazos en cruz:
Sublímase el santo cantando tu gloria
Y al artista tiendes escalas de luz.

ADALBERTO TOLEDO. Nació en Maracaibo en 1895, y murió en Maracaibo en 1966. Periodista y escritor (poeta). Se formó en el diario Los Ecos del Zulia, fundado por su abuelo, el tambien poeta, Valerio P Toledo: más tarde formó parte del cuerpo de redacción del periódico La Mañana y del diario Panorama, donde le tocó pagar dos años de cárcel cuando su clausura en 1923. Formó parte de la Peña Literaria La Zulianita, que dirigía el poeta Udón Pérez.
Su literatura fue clásica y sus sonetos de forma estilística. Fue miembro del Centro Histórico del Zulia, integrante del Círculo Artístico del Zulia en su sección de literatura, y de la junta organizadora del centenario de la muerte del General Rafael Urdaneta, dirigiendo la revista Urdaneta que recogió las conferencias en honor el héroe zuliano, desempeño varios cargos póliticos, además de dedicarse al trabajo tipográfico de su imprenta Cervantes.

martes, 30 de septiembre de 2008

CARLOS LUIS RINCÓN

POESÍA ERES TÚ

Versos me pides? No, bien te daría
De las estrellas el fulgor divino
Y, al rendir a tus pies mi pleitesía,
Las ánforas de amor del peregrino.

Poesía eres tú. Mi fantasía
Quisiera la linterna de Aladino,
Para seguir tus pasos por la vía
Que te guíe al azul de tu destino.

Y al llegar a tu gruta milagros
Tu nombre, oh, Lourdes, venerar de hinojos,
Para que brindes a mi alma en cuita,

No de tu psiquis la fragante rosa
Cual primicia de luz a Bernadita,
Sino el poema de tus lindos ojos

EN EL TEMPLO

En el pórtico augusto, ante el altar
Doblas con reverencia la rodilla,
Y, como lo haces en tu santo hogar,
Al cielo elevas tu oración sencilla.

Tus fervorosos labios embalsamas
Con el Introito, orobias del Sagrario,
Y de tus ojos el fulgor derramas
En los Kyries de amor de tu Rosario

En el Gloria tus júbilos le cantas
Al Supremo Monarca de los cielos,
Y en la sabias Epístolas levantas
Hasta Dios tus purísimos anhelos

Los santos Evagelios son la esencia
Que a tu alma infunde cándida alegría
Y vierte en el calor de tu existencia
Un raudal de vibrante poesía.

Con viva unción ante el Señor se humilla
Tu fe ante el Credo -inalterable fuente-,
Y al INCARNATUS EST ¡oh, maravilla!
El gran Misterio adoras reverente.

La Hostia pura y el sagrado Vino
Alza en el Ofertorio el Sacerdote….,
Y de tu corazón, cual dulce trino,
La emoción salta en espontáneo brote

El Ministro sus dedos purifica
Para inmolar la Hostia consagrada,
Y absorta en su esplendor, se intensifica
El primoroso azul de tu mirada.

La Secreta oración tu alma contricta
Reza al Señor en silenciosa ofrenda,
Y de hinojo, cual otra Bernardita,
Pides lampos de luz para tu senda.

En el Prefacio exaltas la grandeza
Como ninguna inmensa del Señor;
Y cual Reina de Saba, la riqueza
De tus predios le brindas en loor.

Al Sanctus como el himno de victoria,
Elevas de rodillas tu alabanzas,
Para cantar la inmarcesible gloria
Que la Suprema Trinidad alcanza.

Al Canon, que es la norma del Ungido
Cuando ofrece al Altísimo sus dones,
Todo el poema de tu edén florido
Cristaliza en fragantes oraciones.

En el Momento de los vivos eres
La Sirva que pronuncia a cada instante,
Acuérdate , Señor de aquellos seres
Que luchan en tu iglesia militante;

En los que buscan con afán prolijo
Donde ganar el pan de cada día;
De la viuda, del huerfano y el hijo,
Que tiene el dolor de compañía;

De que en las frondas del jardín amado
Canten y aniden seductoras aves,
Enalteciendo el don de tu cuidado
Y las caricias de tus manos suaves.

¡De rodillas! La Santa Eucaristía
Eleva el Sacerdote entre sus manos;
Cada pecho es un templo de armonía:
Todos los corazones son hermanos.

Es el momento cumbre: los querubes
Y un séquito de Coros virginales
Llegando van en vaporosas nubes,
Para entonar sus himnos celestiales.

De los fieles difuntos compasiva,
Acuérdate , le dices al Señor;
Báñalos en tu fuente de agua.viva,
Que es dulce gracia del divino amor.

Son tantos los pecados cometidos,
Que por ellos exahala hondas quejas.
Haz Tú que sus autores, convertidos
Vuelvan hasta el redil de tus ovejas.

Dulcisimo Señor, que desde el Cielo
Nos envías el pan de cada día,
Y satisfaces íntimos anhelos
Con tu Cuerpo hecho Pan de Eucaristía:

Por la sentidas preces que llenaron
De consuelos tu amante Corazón;
Por el llanto que justos derramaron,
Otórganos la gracia y el perdón.

Por la cruel lanzada que el judío
Longinos asestole a tu costado;
Por el vivo dolor de mi pecado,
Perdón, perdón te imploro. Jesús mío.

Al Cordero de Dios inmaculado
Entrégale tu amante corazón;
El liberará tu alma de pecado
Al recibirle en Santa Comunión.

El te dará su limpia refulgencia
Que alumbra los senderos de tu vida;
Colmará de luz tu inteligencia
Y en tu luchas jamás serás vencida.

El azul de tus ojos se hará intenso.
Más pura tu blancura alabastrina.,
Más suaves tus cabellos, y más denso
El fervor de tu boca purpurina.

Al Ite Misa est, que esta previsto
Como un adiós de amable tradición,
Acude el Celebrante a Jesucristo
Impetrando su Santa Bendición.

Y hacia los fieles vuelto en reverente
Actitud que su Culto magnifica
en nombre del Dios Trino Omnipotente
su bendición las gracias multiplica.

Y en las preces finales a MARÍA
Cumple el Ungido su misión divina:
Porque Ella es la salvadora guía
Que nos lleva a Jesús y su Doctrina.

Te yergues con tu ejemplo por la vía
Que el Hombre-Dios desde la Cruz domina,
Y eres así un fanal de poesía
Irradiando su lumbre peregrina.

Yo el peregrinaje de la vida
Ni amor mendigo ni tu gracia imploro;
No podrán nunca restañar mi herida:

Porque no espero gracia ni clemencia
Sino del mismo Dios, ante Quien oro
Y le pido la paz de tu existencia.

CARLOS LUIS RINCÓN.Nació en Maracaibo en 1891 y murió en Maracaibo, en 1964 . Fue :.Sastre, Poeta y archivero , acudía a las tertulias Literarias en la Zulianita, donde se reunían los poetas de esa época. Empezó a escribir en los periódicos: Los Principios, Gutemberg, Los Ecos del Zulia , Fulgores, Panorama y otros. Fundó un Biblioteca Circular, gran ajedrecista
Fue un poeta místico, baluarte de la iglesia, perteneció al grupo los jueves Eucarístico del Templo Santa Ana, y a la orden tercera de Maracaibo. Desempeño varios cargos públicos; Prefecto del Municipio Chiquinquirá, archivero del Estado Zulia, cargo que ejerció hasta su muerte

sábado, 26 de julio de 2008

JORGE GUTIRREZ MONTERO

ANTOLOGÍA DE PURA PALABRA

Al poeta Alfredo Añez Medina
In memoriam

Sobre
El tejado
Barcos
De memoriales
Álgebras

La ciudad
Cae
Entre relámpagos
De vitrales
Y tiende
El camino
De insólitas
Arboledas

Amada
En el reino
De la aurora
Paloma
oro
Del estío

Y ese Lago
Azul
Que no vemos

Pregunto
Por el huésprd
Dormido
En la sangre
De alguna memoria

Abro
En la piel
Minúsculos
Surco
Y
Siembro
El loto ventiscal
De mi sombra

Amanezco
En calles
Provistas
De sabidurías

Viajo
Cálido
Por los tumultos
Orales

La ciudad
Calla
Días
De penumbras
Y enciende
Sus polvoredas

Cruza
De aleluyas
El gavilán
De fuego

Cuerpo
Arriba
Espero
Al sol
De golondrinas

Costumbre
De sorprender
Algún pájaro
Azul
De la aurora

Puerto
De íntimas
Constelaciones

Vocifero
La llegada
Del hombre
A la esquina
De este pequeño
Mundo

Amanso
Palabras
De la tierra

Retorno
A la flor
Del cactus

Hilo
De sangre
En el pájaro
De otros
Memoriales

De
La vorágine
El buho
Excelso
Cánticos
De antiguo
Verano

Heme aquí
- díjome la tierra-
Madre del hombre
Múltiple
En el crepúsculo
Visceral

Y
Los gallos
Entraron
En el silencio
De oro

JORGE GUTIERRZ MONTERO. Nació en Maracaibo 1944, Licenciado en Filosofía (LUZ ) y escritor, , perteneció a los grupos Guillo y Taller de Telémaco, colaborador de varios periódicos: Panorama, Crítica, La columna. Se ha desempeñado como coordinador de Asuntos Literarios en la Dirección de Cultura De LUZ ( tiene inédito varios trabajos; libros de cuentos, poemas ensayos.



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CARLOS LUIS RINCON

miércoles, 16 de julio de 2008

POESÍA ERES TÚ

Versos me pides? No, bien te daría
De las estrellas el fulgor divino
Y, al rendir a tus pies mi pleitesía,
Las ánforas de amor al peregrino.

Poesía eres tú. Mi fantasía
Quisiera la linterna de Aladino,
Para seguir tus pasos por la vía
Que te guíe al azul de tu destino.

Y al llegar a tu gruta milagros
Tu nombre, oh, Lourdes, venerar de hinojos,
Para que brindes a mi alma en cuita,

No de tu psiquis la fragante rosa
Cual primicia de luz a Bernadita,
Sino el poema de tus lindos ojos

EN EL TEMPLO

En el pórtico augusto, ante el altar
Doblas con reverencia la rodilla,
Y, como lo haces en tu santo hogar,
Al cielo elevas tu oración sencilla.

Tus fervorosos labios embalsamas
Con el Introito, orobias del Sagrario,
Y de tus ojos el fulgor derramas
En los Kyries de amor de tu Rosario

En el Gloria tus júbilos le cantas
Al Supremo Monarca de los cielos,
Y en la sabias Epístolas levantas
Hasta Dios tus purísimos anhelos

Los santos Evagelios son la esencia
Que a tu alma infunde cándida alegría
Y vierte en el calor de tu existencia
Un raudal de vibrante poesía.

Con viva unción ante el Señor se humilla
Tu fe ante el Credo -inalterable fuente-,
Y al INCARNATUS EST ¡oh, maravilla!
El gran Misterio adoras reverente.

La Hostia pura y el sagrado Vino
Alza en el Ofertorio el Sacerdote….,
Y de tu corazón, cual dulce trino,
La emoción salta en espontáneo brote

El Ministro sus dedos purifica
Para inmolar la Hostia consagrada,
Y absorta en su esplendor, se intensifica
El primoroso azul de tu mirada.

La Secreta oración tu alma contricta
Reza al Señor en silenciosa ofrenda,
Y de hinojo, cual otra Bernardita,
Pides lampos de luz para tu senda.

En el Prefacio exaltas la grandeza
Como ninguna inmensa del Señor;
Y cual Reina de Saba, la riqueza
De tus predios le brindas en loor.

Al Sanctus como el himno de victoria,
Elevas de rodillas tu alabanzas,
Para cantar la inmarcesible gloria
Que la Suprema Trinidad alcanza.

Al Canon, que es la norma del Ungido
Cuando ofrece al Altísimo sus dones,
Todo el poema de tu edén florido
Cristaliza en fragantes oraciones.

En el Momento de los vivos eres
La Sirva que pronuncia a cada instante,
Acuérdate , Señor de aquellos seres
Que luchan en tu iglesia militante;

En los que buscan con afán prolijo
Donde ganar el pan de cada día;
De la viuda, del huerfano y el hijo,
Que tiene el dolor de compañía;

De que en las frondas del jardín amado
Canten y aniden seductoras aves,
Enalteciendo el don de tu cuidado
Y las caricias de tus manos suaves.

¡De rodillas! La Santa Eucaristía
Eleva el Sacerdote entre sus manos;
Cada pecho es un templo de armonía:
Todos los corazones son hermanos.

Es el momento cumbre: los querubes
Y un séquito de Coros virginales
Llegando van en vaporosas nubes,
Para entonar sus himnos celestiales.

De los fieles difuntos compasiva,
Acuérdate , le dices al Señor;
Báñalos en tu fuente de agua.viva,
Que es dulce gracia del divino amor.

Son tantos los pecados cometidos,
Que por ellos exahala hondas quejas.
Haz Tú que sus autores, convertidos
Vuelvan hasta el redil de tus ovejas.

Dulcisimo Señor, que desde el Cielo
Nos envías el pan de cada día,
Y satisfaces íntimos anhelos
Con tu Cuerpo hecho Pan de Eucaristía:

Por la sentidas preces que llenaron
De consuelos tu amante Corazón;
Por el llanto que justos derramaron,
Otórganos la gracia y el perdón.

Por la cruel lanzada que el judío
Longinos asestole a tu costado;
Por el vivo dolor de mi pecado,
Perdón, perdón te imploro. Jesús mío.

Al Cordero de Dios inmaculado
Entrégale tu amante corazón;
El liberará tu alma de pecado
Al recibirle en Santa Comunión.

El te dará su limpia refulgencia
Que alumbra los senderos de tu vida;
Colmará de luz tu inteligencia
Y en tus luchas jamás serás vencida.

El azul de tus ojos se hará intenso.
Más pura tu blancura alabastrina.,
Más suaves tus cabellos, y más denso
El fervor de tu boca purpurina.

Al Ite Misa est, que está previsto
Como un adiós de amable tradición,
Acude el Celebrante a Jesucristo
Impetrando su Santa Bendición.

Y hacia los fieles vuelto en reverente
Actitud que su Culto magnifica
en nombre del Dios Trino Omnipotente
su bendición las gracias multiplica.

Y en las preces finales a MARÍA
Cumple el Ungido su misión divina:
Porque Ella es la salvadora guía
Que nos lleva a Jesús y a su Doctrina.

Te yergues con tu ejemplo por la vía
Que el Hombre-Dios desde la Cruz domina,
Y eres así un fanal de poesía
Irradiando su lumbre peregrina.

Yo en el peregrinaje de la vida
Ni amor mendigo ni tu gracia imploro;
No podrán nunca restañar mi herida:

Porque no espero gracia ni clemencia
Sino del mismo Dios, ante Quien oro
Y le pido la paz de tu existencia.

CARLOS LUIS RINCÓN.Nació en Maracaibo en 1891 y murió en Maracaibo, en 1964 . Fue :.Sastre, Poeta y archivero , acudía a las tertulias Literarias en la Zulianita, donde se reunían los poetas de esa época. Empezó a escribir en los periódicos: Los Principios, Gutemberg, Los Ecos del Zulia , Fulgores, Panorama y otros. Fundó un Biblioteca Circular, gran ajedrecista
Fue un poeta místico, baluarte de la iglesia, perteneció al grupo los jueves Eucarístico del Templo Santa Ana, y a la orden tercera de Maracaibo. Desempeño varios cargos públicos; Prefecto del Municipio Chiquinquirá, archivero del Estado Zulia, cargo que ejerció hasta su muerte.
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sábado, 28 de junio de 2008

SANTIAGO HERNÁNDEZ YEPES

RENUNCIAMIENTO

Santa Isabel de Hungría, carne y piel de azucena,
Pecaba de muy rica por sentirse muy buena.
Vió un angel que le dijo: “Date completa a Dios”…
Y sus sueños volaron a los cielos en pos.

Se fue al Convento entonces y desnudó , serena,
De sus ropas el cuerpo . Se podo la melena.
La ayudaron las monjas, asistidas de dos
Monjes (y estos sufrieron mútuo golpe de tos).

Repartió sus riquezas entre pobres mendigos.
Quienes fueron por siempre sus mejores amigos.
A todos alegraba con su risa y sus cantos,

Desde el día en que fuera, firme el pie y los labios mudos,
Los encajes y sedas a troncar por los rudos
Cilicios, que sensuales mordieron sus encantos.


M U S A N I P O N A
A Mitsuko

De japonesa tienes los orientales ojos
Que embriagan y enloquecen como el opio nipón,
Y el color de los labios, que con pinceles rojos
En la tez de marfil le trazó la ilusión.

Súbdita del Mikado, diosa de mil pagodas,
Hija del Sol, que vienes del Naciente a evocar
Los encantos exóticos de que alardean todas
Las esteras, los biombos y abanicos sin par!

Celeste criatura, flor de loto risueña,
De porte cimbreante como el de una cigüeña,
Más digna que ninguna del lindo parasol:

Yo te rindo mi verso, que en áureo pebetero
Sus resinas fragante da para tu sendero
Rosado como el suave rosa del caracol.

SANTIAGO HERNÁDEZ YEPES. Nació en Maracaibo en 1898, y murió en Caracas en 1978, Fue : , marino, periodista, político y escritor ( biógrafo, narrador y poeta ) , firmaba con sus iniciales S.H.Y. Nieto del Ilustre poeta Zuliano José Ramón Yepes. Inició estudios de medicina y efectuó estudio de marina en la Escuela Naval de Venezuela , perteneció al grupo “Seremos” , fue redactor de Estandarte y Director de Argos (Puerto Cabello) -Redactor de la “Semana”, “El Fonógrafo” y “El Excelsior ( Maracaibo) Secretario de: H L Boulton Cc. Y de Blohm Co. ( Pto Cabello) . Ocupó diversos cargos públicos: Concejal de Maracaibo, Secretario privado del Gobernador Vicencio Pérez Soto, jefe de sección de Aduana de Maracaibo, Diputado a la Asamblea legislativa del estado Zulia y otros . Dejó varios ensayos y trabajos Literrios dispersos en varios periódicos.

viernes, 27 de junio de 2008

BENEDICTO PEÑA

GLORIA A MARIA DEL MONTE CARMELO

A Monseñor Dr. Marcos Sergio Godoy

Fuente sagrada, perenne consuelo
Que ofrece al sediento peregrino
La linfa para el néctar cristalino
De tu infinita gracia en el Carmelo.

Esperanza del hombre, dulce anhelo,
Estrella que señalas el camino
De la eterna verdad, fulgor divino
Puesto por Dios para adornar el Cielo.

Flor que llenas el alma de alegría
Nunca tuvo fragancia la pradera
Como tu esencia virginal, María…

Y es astro esplendoroso y rubicundo
Antes de iluminar la vasta esfera,
Tus plantas besa y se ilumina el mundo

CROMOS
Alegoría los meses

I
Enero es una preciosa
Y pudibunda belleza,
A quien dio natuleza
Los encanto de una diosa,
Su semblante es una rosa
Que rompe apenas el broche;
Su cuerpo casto derroche;
Y hay en sus pupilas bellas,
El fulgor de las estrellas
En el manto de la noche.

II
Febrero es una vestal
de fascinadora tez,
Con la tersa languidez
De un lirio primaveral;
Y en su rostro virginal
Revela tanta dulzura,
Que al comtemplar su hermosura
De gracia circunvalada,
Se siente el alma embargada
Por un rayo de ternura.

III
Marzo es locuela: se agita
Atrayente y caprichosa ,
Sagaz, precoz y voluptuosa,
Risueña como Afrodita;
Mas es la niña bonita
Que el hipócrita despoja,
Luciendo la falda floja
Que a los galanes inquieta:
Es la musa del poeta
Que canta la endecha roja.

IV
Abril es la soñadora
Deida de sueños azules,
Que envuelta en gasas y tules
Besa la sonriente flora;
Su presencia tentadora
Llena de aroma la esfera:
Es la mágica hechicera
Que con sus manos de niña,
Da esplendor a la campiña
Despertando a primavera.

V
Mayo es mística creyente,
Tierna como una oración
Que nace del corazón
En un éxtasis ferviente;
Y en la estación esplendente
Que dá al prado lozanía,
Va con íntima alegría
Recogiendo entre las flores,
Su fragancia y sus colores
Para el altarde María.

VI
Junio es la dama gentil
De románticos antojos,
Lleva la llama en los ojos
De amante pasión febril;
Cuando su alma sutil
Es gala en la florescencia,
Embriagándose en la esencia,
Que despiden los capullos,
Su notas son los arullos
De un canto a la Providencia.

VII
Julio es la rustica dama
Que del seno de la tierra
Todo el tesoro que encierra
Ofrece a quien lo reclama;
El pecho de amor se inflama
Y con grata sencillez
De los campos al través
Cruza con pasos ligeros.
Dando a la vida el venero
Del oro que hay en las mies

VIII
Agosto es diva ideal
De luz y sangre formada,
Tiene en su ardiente mirada
Todo el ardor tropical;
Llena el ambiente estival
Con su mirífico aliento;
Fuego es de sacro talento,
Fuego es de la inspiración,
Es fuego en el corazón,
Es fuego en el pensamiento.

IX
Septiembre es apasionada,
Bellisima, tentadora:
Es la Diana cazadora
De carcaj y flecha armada,
¿Por qué se presenta airada
La de los dulces regazos?
¡si cárceles son sus brazos,
Arcos le son sus pestañas,
Y su mirada flechazo!

X
Octubre a viva el amor…
Es núbil, agresta rubia
Que con su benigna lluvia
Cubre el campo de verdor;
A su influjo bienhechor
Recobra su esplendidez
La sementera otra vez,
Pero ella incansable trilla,
Y dá al surco la semilla
Que ha de ser fruto después

XI

Noviembre es la peregrina
Eucarística profesa;
En casta flor de tristeza
Que exhala esencia divina;
Sobre las tumbas se inclina
Con el humilde salterio
Absorta ante aquel misterio
Murmurando una plegaria:
Es la tierra pasionaria
Del templo y del cementerio.

XII
Diciembre es de los profetas
La visión esplendorosa;
Es la Venus candorosa
Con que sueñan los poetas:
Sus párpados son violetas;
Lleva en su rica memoria
Siempre del año la historia;
Su aliento es soplo divino,
Que la impulsa en el camino
De la muerte y de la gloria.

BENEDICTO PEÑA. Nació en Maracaibo, en 1880 y murió en Maracaibo en 1940 . Desde muy joven empezó a trabajar en redacciones de periódicos escribiendo cronicas sociales. –Fundó la Revista Literaria”Sabatinas” y los periódicos: “El Eco Industrial”, “La Voz del Pueblo” y “La Información”. Escribió Drama , Zarzuelas, y poesias con su libro “Florilegio”.

sábado, 14 de junio de 2008

FELIPE BOSCAN ORTIGOZA

CUADRO VIVO

Te sorprendí bajo la fronda clara
Del campo en resplador de luna llena,
Y fue tu boca para mi, colmena,
Y la flor de tu carne, esencia rara.

Cual cítara ideal, con mano avara
Pulsé tu altiva esplendidez serena:
De la rósea epidermis de tu cara,
Hasta tu hermosa pantorilla helena.

Cuando la voz del gallo anunción el día,
Tendida sobre el césped, todavía,
Te sorprendió la límpida mañana…

Y prendió su pristina iridiscencia
Pinceladas de luz en la opulencia
De tu incitante desnudez pagana.

FELIPE BOSCAN ORTIGOZA. Nació en Maracaibo en 1890 y murió en Maracaibo en 1949. Fue escritor ( poeta y dramaturg) , poeta neo-clásico, fue el discípulo más íntimo a Udón Pérez- dijo una vez : “Yo sigo las huellas de nuestro Udón Pérez, en una palabra, las huellas de la poesía eterna”. Laureado veinticinco veces; entre esos lauros alcanzó dos Rosas Naturales. Publicó “Sonatinas Clásicas”,1949, “Arayanes” 1947, “Por los Caminos del Arte, 1948. Autor de obras de teatro, de fondo social y moralista, entre ellas: Arrepentimiento, El Policía No 13, Sangre Mía. Dejó inédita sus comedias La Loca, Bajo el imperio de la ley y Corazones abnegado.

MANUEL GONZÁLEZ HERRERA

EL AMOR ES LA VIDA
Para Guillermo Trujillo Durán

Como ese sol que el azul rotundo
Sustenta al universo y lo engalana
Con el píncel de su esplendor fecundo,
Es amor el espíritu del mundo,
Solaz y vida de la estirpe humana.

Doquiera está su influjo y poderío,
Lo envuelve todo en mágico embeleso:
Trueca en edén el mundanal erío;
Das a los anhelos generosos, brio,
Y vigor a las alas del progreso.

Por él la humanidad en franca ruta
Vuela hacía Dios; con religioso celo
Su ley acata; ofrendas le tributa,
Y en bienandanza terrenal disfruta
El prometido galardón del cielo

Recorre con sólicita presteza
De las desdichas la hondonada obscura,
La vía del dolor y la tristeza,
Para rendir en pródiga largueza
Salud, consuelo, protección, ventura

Mueve al hombre civil, mueve al guerrero
Que ve a la Patria en Férreos eslabones,
A redimirla del dominio fiero,
Y a guardar con su escudo y con su acero
El honor y la paz de las Naciones.

Baña a la juventud en respladores
Que la hinchen de hermosos ideales,
De alegría y encantos seductores,
Como revienta la campiña en flores
A los besos de luz primaverales.

En mozos y doncellas,cual un mago,
Mutua atracción despierta, mutuo empeño
De unir las almas; y en deliquio vago,
Placer les brinda y generoso halago
Con la dulce mentira del ensueño.

Anhelos y esperazas, complacido.
De Himeneo, después, cumple en el ara
Y en la alcoba nupcial, silente nido
De rosa y azahar entretejido,
La dicha enciende, como antorcha clara.

Erige hogares, que de goces llena;
En luenga sucesión tribus dilata,
Y en armonía y en unión serena
Liga los pueblos , las naciones ata.

El dá calor al estro del poeta
Y sublime concepto a la pluma;
Por él obra prodigío la paleta,
La flauta el numen órfico interpreta
Y maravilla el cincel consuma.

Endulza el alma, como fresca poma;
Como radiante luminar, la alumbra;
Derrama en ella delicioso aroma;
La arrulla, como al nido la paloma,
Con potencia de Condor y la encumbra.

Como el rocío sobre la flor marchita,
Alienta aletargadas ilusiones
Y muertas esperanzas resucita;
Con vivo ardor a la indolencia excita,
Y con blandura templa las pasiones.

Como al metal el fuego de Vulcano.
Él la razón del pervertido acendra:
Y lluvia proficua en el secano,
Hasta el mustio pecho del anciano
Rosas de gaya juventus engendra.

El amor es la vida. Es el fecundo
Divino aliento que de Dios emana,
Para animar y engrandecer al mundo;
¡sol que ilumina el ámbito rotundo!
¡Jordán perpetuo de la raza humana!

MANUEL GONZÁLES HERRERA. Nació en Maracaibo 1884 y murió en Maracaibo en 1963. Fue educador, impresor, periodista y escritor. Destacó como poeta épico de la escuela udonperiana, apegado a los moldes clásicos, laureado en diversas ocasiones por la perfección de sus sonetos. Perteneció al Centro Literario del Zulia, al Ateneo de Maracaibo y al Círculo Artistico del Zulia. Trabajó en los periódicos: Ecos del Zulia y en Panorama. Fundo la imprenta Americana y la revista Letras Castellanas . Obtuvo mención honorífica en el certamen de Pan y Letras. Premio en el certamen del Círculo Artístico del Zulia, publicó “Crisalidas” poesías (1911) y “Rimas Diáfanas” (1949)

viernes, 13 de junio de 2008

IDELMARO URDANETA

PROFESIÓN DE FE

Ser humilde, ser cándido , ser bueno
Llevar el alma limpia de pecado
Por los caminos, bajo el sol dorado,
Como un patriarca heleno.

Cultivar los rosales de la mente
Con la piedad, con la piedad por culto,
Y amar la vida silenciosamente,
Lejos del gran tumulto.

Pasar indiferente ante las cosas
Sin detenernos a inquir sus nombres,
Que en el mundo hay serpientes venenosa
Y en él están los hombres…

Amar e campo,ennoblecer la vida
Con el amor a la naturaleza,
Que nos aguarda siempre sonreída
Dentro de su grandeza

Buscar la soledad, refugio humano
Del dolor y la santa poesía,
Con un libro de Kempis en la mano
Por toda compañía

Irse, feliz por el sendero amigo,
Lanzando al sol la cristalino endecha,
Sin preocuparnos ya del enemigo
Que, en el recodo acecha.

Bañar en el azul nuestras miradas,
Entonar la oración pura y bendita,
sordos a las furiosas dentelladas
De la carne maldita.

Soñar, soñar en lo imperecedero,
Y en alas de ese anhelo inmarcesible
Buscar el luminoso derrotero
De la estrella invisible…

Y así vivir vida laudable y fuerte,
Lejos de toda ostentación y alarde,
En espera del beso de la muerte
Una solemne tarde.

A TUS OJOS QUERIDOS

Voy rendido hacia ti, voy tras los vagos
Misterio de tus ojos andaluces,
Que son como dos místicos halagos
Y como dos omnipotentes luces.

Ojos negros, románticos y magos,
En cuyo brillo celestial traduces
La dulzura infinita de los lagos
Y el símbolo doliente de las cruces.

Ellos, como dos ángeles divinos,
Iluminan de ensueño los caminos
Largos y lastímosos de mi suerte.

Pero también, bajo su extraña lumbre,
Hay algo que me impele hacia la cumbre
Silenciosa cercana de la muerte

ILDEMARO URDANETA. Nació en Maracaibo, en 1880 y murió en Panama en 1936, cuando ejercía la representación diplomática de Venezuela.
Fue uno de los más distiguidos y brillantes intelectuales de Venezuela, fue laureado en los Grandes Juegos Florales, qu se celebraron en la República Argentina, con motivo del primer centenario de la fundación de Ciudad Bolivar, en cuya justa triunfó sobre cerca de quinientos concursantes

miércoles, 4 de junio de 2008

RAFAEL YEPES TRUJILLO.

RAFAEL URDANETA

Llevaba la hidalguía del vasco entre las venas
y la virtud del indio dentro de su corazón;
su grandeza se alzaba sobre escabel de penas,
y su gloria tenía plinto de redención.

El Lago le dio el rito de sus ondas serenas,
la tierra le dio el surco recio de su blasón,
el sol se le hizo fragua para fundir cadenas
y el cielo le dio el límpido azul de la ilusión...

Con el lago, y su tierra, y su sol, y su cielo,
está vivo en la magia germinal de un anhelo
que florece en el alma con raíz de fulgor.
.
A sus pies ruge el trueno de los hombres-vestiglos
y él está sobre el filo sangrante de los siglos
hablando de la Patria con El Libertador.

RAFAEL YEPES TRUJILLO.Nació en Maracaibo en 1898, y murió en Caracas en 1972. Fue escritor (poeta, ensayista), hijo del periodista José Ramón Yepes Serrano y nieto del ilustre poeta José Ramón Yepes.
Se inició como escritor en la revista Principios, organo del grupo literario Ariel. Gano el concurso internacional de poesía en Madrid, convocado por el consistorio del Gran Saber con el poema Amor. Fue director de la revista Alma Latina, conjuntamente con el poeta Udón Pérez, donde publicó sus trabajos. Fue miembro correspondiente de la academia de Bellas artes de Barcelona (España), y miembro de número de la academia venezolana de la Lengua.Gano numerosos premios de poesía a nivel Nacional e Internacional, y fue un gran defensor del Zulia.

martes, 3 de junio de 2008

HECTOR CUENCA

GESTA

Era fuerte la india, de carne de montaña,

Y no cesa la danza bulliciosa
Hasta que el indio, a quien su dama acosa,
Rueda a los pies de la gentil guajira.

Vientre cuajado en oro y cabellos de ríos;
Era fuerte la india, más fuerte las Españas
Sometieron al yugo los vírgenes erios.

Trescientos años fueron…;ardió la sangre en sañas
Y un soplo adolescente filtro potentes bríos
En el cuerpo hecho a todas las influencias extrañas:
La nieve del invierno y el sol de los estíos.

En los pechos fecundos la raza mamó vida
Y hubo un florecimiento de anhelos redentores
En el alma radiante de la sierva oprimida.

Se oyó un tropel…; vibró una gran trompeta…
Y en el real conjuro de los Libertadores
Abrían el desfile Bolívar y Urdaneta.

AMÉRICA

América es mi grito inaudito y supremo.
Brújula de mis alas, tentación de mi planta,
Virginidad febril en que me quemo
Y razón musical en mi garganta
Y de ir a ti, oh selva, pampa, río,
Lago azul, isla verde, pueblucho tartamudo,
Y el vigor de mi carne y mi esfuerzo desnudo.

Menos que tus rincones me importan tus ciudades.
Quiero antes conocerte india libre y cerrera,
Mientras el formidable río de las edades
Acaba de tragarse tu nativa frontera.

Estás en mi camino y han de abrirte mis manos
Las cien bocas secretas que gurdan tu armonía.
Quiero tu pampa inmensa, quiero tus fuertes llanos
Con sus hombres cobrizos, sabios de su energía.

Te amo profundamente en tu tinta nativa,
Tatuaje de aborigen en pecho aventurero,
Porque eres más América, más nuestra patria viva,
Sin la raya geográfica, sin el sello extrajero…

Con tus costumbres sanas y tu orgullo encendido,
Tu cultura sin moldes, ancho tu corazón:
América que chupa su propio pecho henchido
Y lejos de su labio aún tiene el biberón.

Te amo total y una: grande, salvaje, pura,
Con tu conciencia aún ciega para la gran conquista,
Con mil bosques soberbios verdeando en la hondura
Y una lágrima tierna nublándote la vista.

Pero el hombre de afuera atisba tus rincones
Y matará sus armas tu audaz fisonomía.
Te ha asaltado el progreso con su hervir de legiones
¡ya estás casi muerta, gran América mía.!

UDON PEREZ

GENERAL RAFAEL URDANETA

I Ofrenda

Este bronce, esta losa, esta leyenda
Que el arte buriló con diestra mano,
Tributo son al paladín zuliano
Con que la Patria gratitud le ofrece

En rudo cerco o en campal contienda
Vencido o vencedor, contra el hispano,
Ciñó su frente de laurel lozano
Y en verdes palmas exornó su tienda.

Cuando envainó el acero, con la pluma
En el solio, en la prensa, en el bufete,
Lauros segó también en larga suma.

Y al enfrentarse a la traición armada
Que en contra de Bolívar arremete,
Tronó su pluma y fulminó esa espada.

II El Bronce del Héroe

Afirmas en la base tu épica ufanía
Como se yergue el cóndor encima de un peñól;
Y allí –mirando a Oriente- la clara luz del día
A cada nueva aurora te baña en su arrebol.

Quizá si por el Lago, allá en la lejanía,
De Hojeda ves la nave seguida de su estol…
Acaso el trance evocas de la naval porfía
En que se hundió el antiguo poder del español…

Refieren los anales de viaje paganía
Que daba extraños ritmos de mágica armonía
La estatua de Memnónides al ósculo del sol:
Tal vez así tus labios, vibrantes de energía
Recuentan tus hazañas, cual de la mar bravía
El tumbo de las olas repite el caracol

DANZA GUAJIRA
Para en la hacienda el tráfago de día;
Y al entregar la tribu sus labores,
Con chumbes y refajos de colores,
A su modo salvaje, se atravía.

Después, en la cercana ranchería,
Resuenan papayeros y tambores,
Semejando los ecos vibradores
Un iracundo mar bajo la umbría.

La tribu forma cerco; y al instante,
Suelta pareja, en danza extravagante,
Se estrecha, huye, retrocede, gira…

Y no cesa la danza bulliciosa
Hasta que el indio, a quien su dama acosa,
Rueda a los pies de la gentil guajira.

UDON PEREZ

LA LEYENDA DEL LAGO

A José Ignacio Lares

-Poema Indiano

En pos de un blanco de alígeras gaviotas
El de Ojeda venía de comarcas remotas,
Por las ondas cerúleas que riza el Caribe,
A las doradas costas donde el indiano vive,
Venía con ensueños de ambición y de gloria
A segar nuevos lauros para prez de su historia,
A ofrecer nuevos timbres a su gente bizarra.
Tras las níveas gaviotas se interno por la “Barra”
De arenosos bajíos coronados de espuma;
Y en su barco ligero cual levísima pluma,
Al hallarse de pronto con un lago de seda,
Se quedó sorprendido Don Alonso de Ojeda.
En su sueño de gloria, ambición y fortuna,
Nunca vio que alzara más hermosa Laguna,
Ni aquel otro prodigio que a la incierta mirada
Ofrecía el señuelo de una isla encantada.
Avanzó al Occidente bajo el ala sonora
De la brisa. Extasiado, de su nave en la prora,
Y a la luz de una tarde de irisados reflejos,
Al país milagroso contemplaba a lo lejos.
Avanzó,!a medida que avanzaba a Occidente,
De sus chozas lacustres, en la margen riente,
Los indianos miraban con suspensa pupilas
El cruzar de la nave por las ondas tranquilas

Lago adentro, al abrigo de un recodo suave,
Recogidas las velas, soltó anclas la nave;
Y al compás de dos remos, sobre frágil barquilla
Don Alonso de Ojeda dirigióse a la orilla.
Y salto, y a la sombra de profusa arboleda,
Sobre rústico asiento, Don Alonso de Ojeda
Contempló con pupila codiciosa y avara
El grandioso espectáculo de la tierra de Mara.
Largo espacio quedóse pensativo y absorto,
Con la vista en las ondas.

El ocaso era un orto;
Como un orto, que haciendo de su púrpura alarde,
Disolvía en las ondas el fulgor de la tarde.

De repente un anciano
(Su color y su traza
Denunciaron que él era de índica raza)
Y le dijo el anciano en su lengua nativa:
-Señor , ¿ qué de mi suelo te subyuga y cautiva?
¿qué tanto te embelesa? ¿qué tanto te complace,
A ti que acaso vienes de donde el día nace?
Calló. Y habló el de Ojeda con entusiasta acento:
-Mi planta peregrina cruzó lugares cientos.
Yo he visto en largos viajes de guerra y de aventura.
Cien pueblos encantados, cien islas de verdura.
Donde tal vez habiten bajo frondas discretas
Los genio y los dioses que evocan los poetas.
La tierra de mis padres, venero de primores,
Mi noble Patria, aquella Patria de mis amores,
Mi tierra, toda llena de encanto y poesía,
Como la más hermosa del mundo la creía.
Más hoy, cual don más alto, me brinda la Fortuna
Llegar hasta la margen que te sirvió de cuna;
Y al ver tu Lago en donde parece que palpita
Un corazón, que un alma poética se agita,
Que junta el mar sus linfas bajo dosel de frondas
Sin que el Caribe amargue las mieles de sus ondas;
Al ver de sus orillas el rico panorama
Que en olas de proficua verdura se derrama;
Al ver de su lomo terso como cristal pulido…
Eriales me parecen las tierras que vivido.
Tú que naciste en estas magníficas regiones,
¿No sabes por venturas de viejas tradiciones
Que digan el origen de tu gentil Laguna?
Y respondió el anciano, lleno de orgullo:
Hay una
La saben cuantos indios recorren la floresta
Del Lago, En los areitos y en las nocturnas fiestas
Nosotros la decimos en trémulos cantares,
Al son de los carrizos, bajo de los palmares.
¿Eres poeta? Cántala en tu salvaje idioma,
Que tienen mis oídos arrullos de paloma.
¿ Paloma? ¿Quién a orillas de mi Laguna quieta
No sueña, no se inspira, no canta…no es poeta?
Sabrás la extraña historia; mas no por lengua mía:

Después hacia la orilla se adelantó el anciano:
Batió en señal, tres veces, las palmas de la mano;
Y un grupo de desnudas doncellas, al aviso,
Dejando sus flotantes cabañas, de improviso
Somorgujó en las linfas sus curvas y sus flancos,
Moviendo en torno espumas como plumajes blancos.
Rompió con diestros brzos las ondas,en que el día
La luz del vespertino crepúsculo ponía;
Y al alcanzar la orilla con algazara leda,
Formó un semicírculo delante del de Ojeda.

Cantad –dijo el anciano, de las indias al coro-
La leyenda del Lago cristalino y sonoro.
Y en su canto de ritmo melancólico y vago,
Refirieron las indias la leyenda del Lago;

Cuando en remotos días, un jefe, el Gran Zapara,
Ocupó estas regiones con su tribu preclara,
Por el vasto dominio donde el Lago murmura
Levantaba una selva su gigante espesura.
En redor de sus lindes lujuriosas y hurañas
Fabricaron los indios sus alegres cabañas;
Mas ninguno enel seno de la selva podía
Penetrar, que la selva misteriosa y umbría
Reservó el Gran Zapara, por arcano deseo
O capricho de jefe, para propio recreo.
Allí alzó su morada peregrina y en ella,
Con Maruma su hija, con Maruma la bella,
Departía en las horas de reposo.

Maruma
No sabía de amores; en las tardes sin bruma
Y en las noches serenas –singular poetisa –
Le cantaba canciones de ternura imprecisa,
O acordábale en verso de armonías extrañas
De su estirpe guerrera las heroicas hazañas
-¡El amor! ¡Cosa inútil!- el Cacique decía:
Y aunque bravos guerreros de probada hidalguía
Requirieron la mano de la india hechicera,
Ni una alegre esperanza vislumbraron siquiera.
-¡El amor! ¡Cosa inútil y el Zapara egoísta,
A Maruma la hermosa, a Maruma la artista,
Confinó en su morada, cual un raro tesoro,
Por gustar de sus versos y su canto sonoro.
Mas un día el Cacique se alongó por la estrecha
Senda del mar…

Maruma, con el arco y la flecha,
Y en la cintura breve la bien provista aljaba,
Detrás de un ciervo arisco la selva atravesaba.
Corría tras la pieza sin calma ni repiro;
De pronto se detuvo: la pieza estaba a tiro.
Llevóse al pecho el arco de recia contextura,
Calada ya la vira sobre la cuerda dura…
Fue a disparar…

Repente, con rápido zumbido
Vibró otra flecha: el cirvo cayó de muerte herido;
Y en medio de la selva misteriosa y callada
Quedó Maruma absorta, suspensa la mirada,
El arco distendido, la flecha sobre el arco,
Mientras la res gemiá sobre purpúreo charco
un cazador apuesto, del fondo del boscaje
Encaminó sus pasos hacia la res salvaje,
En cuya fuente, como si fuera un asta fina,
Veíase clavada la fuerte jabalina.
Maruma fue al encuentro del cazador que, ufano,
Alzaba en ese punto con vigorosa mano
La pieza, todavía caliente y palpitante.
-¿Quién eres, y qué buscas?

El indio irguió el semblante
Dejo sobre la alfombra la ensangrentada presa…
Y contempló a Maruma con plácida sorpresa.
-¿Quién eres, y qué buscas en la selva sagrada,
A todos, por mi padre, sin excepción vedada?
Así la india
Y luego, bajo la fronda obscura
Del bosque, se miraron con tímida ternura.

-Tamare soy, y vengo de mi nativa tierra.
Una virtud divina mi corazón encierra;
Yo canto, soy poeta; pero la gente mía
Rechazan a los que adoran la excelsa Poesía.
Errante voy, mas nunca será que el paso vuelva;
Crucé, no supé cómo, las lindes de tu selva;
Y en ella voy perdido, durmiendo entre sus grutas,
Bebiendo en sus raudales, gustando de sus frutas.
¡Oh hermosa! Yo ignoraba que el tránsito en su seno
Vedado está: perdona si de malicia ajeno
Me entré por la espesura; conozco ya la veda:
Indícame el camino por do alejarme pueda
A donde el Gran Espíritu morada me depare.
Tal, de emoción henchido, le respondió Tamare;
Y bajo el rico dombo cubierto de verdura
Tomaron a mirarse con íntima ternura.

-Tamare:-dijo entonces Maruma, y fue su acento
Como rumor de cañas mecidas por el viento-
El don porque tu pueblo te aleja y te abandona,
Mi espíritu lo siente, mi labio lo pregona.
Para escuchar mis cantos, que a otro oído niega,
Del trato de los hombres mi padre me relega,
Maruma soy, la hija del Gran Zapara; pero
Aunque vedado el sitio, privarte del no quiero.
Mi padre se halla ausente de la selva; conmigo
Ven: en mi oculta choza te ofrezco pan y abrigo.
Repararás tus fuerzas…Te marcharás mañana,
Cuando mi padre torne de su excursión lejana…
En tanto, solos, solos y en dulce desvaríos,
Me cantrás tus versos, te cantaré los míos..

Y por vereda inculta que el cazador desbroza,
Se fueron, lentamente, camino de la choza

-¿Es cierto?
-Es cierto padre.
El indio está en mi alcoba
De verdes palmas, sobre mi lecho de caoba.
Tu pan comimos juntos, hicimo un derroche
De música y de versos; y al extender la noche
Sus lúgubres tinieblas, él en mis brazos preso´
Dormimos juntos, juntos, después de un largo beso.
¡Maruma!
- Es cierto, padre. Nos unen fuertes lazos,
- Y torno ahora al cielo divino de sus brzos
- Maruma entró en la choza…


El Gran Zapara, hechido
De rabia, dio a los aires colérico rugido,
Que estremeció a los lejos del monte la garganta;
Batió la dura tierra con formidable planta,
Y, cual si herida fuese por rudo cataclismo,
La selva, bajo el golpe, se convirtió en abismo.
Los caudalosos ríos, desde las cordilleras
Vecinas, descendieron con ímpetu de fieras,
Y, a modo de un diluvio terrífico y disforme,
Vaciaron sus torrentes en el abismo enorme.
Entonces el Cacique con sus robustas manos
La tierra abrió hacia el Norte: sus odios inhumanos
Llenar la cuenca ansiaba…y, como fuga loca,
El mar entró al abismo por la entreabierta boca.
Así, ya satisfecho del vengativo estrago,
Entre el Caribe undoso y el apacible Lago
-después que de su tribu cedió el gobierno a Mara
En arenosa isla se convirtió el Zapara.
Y en tanto que en estrofas de rítmica dulzura
Cantaba la pareja su amor y su ventura,
Del mar las densas olas y el agua de los ríos,
Fundiendo en solo un ímpetu sus poderosos bríos,
Giraron, y en vórtice de arenas y espuma
Hundieron improviso la choza de Maruma.
Cantaba la pareja cuando se hundió: y los sones
Postreros de sus cantos, por entre los turbiones,
Flotaron en las olas a modo de una queja
Lanzada en la agonía por la gentil pareja.

Desde entonces las almas de los tiernos amantes.
En las ondas del Lago difundidas y errantes:
Van cantando los sueños de su enterna ventura:
Es su voz la que suena cuando el Lago murmura;
Y el rumor de la brisa de las ondas levanta,
Es su ritmo que vuela, es su verso que canta.

Tal, en voz que el susurro de las auras remeda,
Con su música extraña cautivando al de Ojeda,
Entonaron las indias en unísono coro

¿Quién duda que en el Lago parece que palpita
Un corazón, que un alma poética se agita?
El céfiro y la onda, el pájaro y la rama,
Pregonan el prestigio de esa virtud.

Y es fama
Que le basta, ya en cinta, a la madre futura
Somorgujar sus formas en la corriente pura,
Para que luzca el hijo sobre su sien de esteta
La aureola que anuncia la gloria del poeta.

domingo, 1 de junio de 2008

IMPROVISADORES ZULIANOS folclor popular

IMPROVISADORES ZULIANOS
Folclor popular

Francisco Cano fue uno de los brillantes improvisadores populares, de aliento lírico y agudeza para hacer estrofas perfectas.
Don Francisco Schmilinski, se encontraba en la Zulianita, ( sitio frecuentado por literatos y poetas del Maracaibo de ayer) de pronto vio que llegaba Francisco Cano, y al verlo lo invitó a una copa que Cano agradecido al tomarla dijo:

¿Drinky? Yes dice el inglés
Y yo digo yes y drinky
Por ser la primera vez
Que bebo con Schmilinski.

Entre aplausos y felicitaciones a Cano por ese verso, otro de los presentes le dijo a Cano; Si hacéis un verso que rime con indio, te regalo una botella de brandy, sin hacerse esperar mucho Cano contestó de esta manera:

Bajo de un frondoso pindio,
Es pino, me equivoqué,
Pero así fue que encontré
El consonante de indio.

Antonio Briñez, hombre dotado de una capacidad asombrosa, para improvisar versos, aunque también componía Sonetos, siempre tenía el verso a flor de labios.
Su hijo Jesús Bríñez Rodríguez, zapatero de profesión fue un inspirado poeta, que ganó certámenes y formó parte de los Cenáculos Literarios de su tiempo.
Antonio Bríñez y Francisco Cano eran en esa época los bardos que gozaban de la popularidad y admiración del pueblo.

Una vez Cano le pregunto en verso a Bríñez.

Antonio quisiera verte
Discernir en el instante,
¿Qué misterio hay importante
Entre la vida y la muerte?

Antonio Bríñez con su característica de profundizar en el verso le contesto.

Entre la vida y la muerte
Hay un asunto tan serio,
Que no me alcanza el criterio
Francisco pa”responderte.

Otra vez Cano le dijo a Bríñez.

Dime la razón cuál es
Por qué el agua cuando sube
Y se condensa en la nube
Vuelve a caer otra vez.

Y Bríñez de esta manera le dio la contestación.

A la ley de gravedad
Obedece su caída,
Y así del cielo venida
Es a todos caridad.

Cierto día en que Bríñez se encontraba en su cotidiana labor, como vendedor de café molido, llegó a que un cliente, una de esas pulperías que solía visitar; El pulpero le dijo al oído “Esa señora que está ahí, es usurera, presta cinco a dar siete, hácele un verso”.

Dios en el infierno mete
El alma cuando se muera
De la persona usurera
Que presta cinco a dar siete.

La señora airada le dijo, estáis equivocado, pues yo presto cinco a dar seis, Bríñez remató con esta estrofa.

Tampoco te imagineis
Que Dios del libro te borre,
El mismo peligro corre
Quién presta cinco a dar seis.

VERSOS IMPROVISADO(Folclor Popular)

Antonio cantá con calma
No me cantéis tan veloz
Para disputar la palma
Del talento entre los dos

FRANCISCO CANO

Francisco, estoy en la edad
De galana primavera,
Y hago el verso de carrera
Como la electricidad,
Porque yo me estoy creyendo,
Que si salgo caminando,
El paso que vaya dando
Son versos que voy haciendo

ANTONIO BRIÑEZ

Quién diablo se va a parar
A cantar en mi presencia,
Cuando navego en la ciencia
Como falucho en el mar

FRANCISCO CANO

Muera la que a luz me dio
Que salga el diablo y me asombre,
Si en el mundo hubiese un hombre
Que haga más versos que yo:
Hay en el cerebro mío
Un mundo lleno de versos,
Que me salen sin esfuerzos,
Como el desborde de un río

ANTONIO BRIÑEZ

Dios es el hombre más loco
Siendo el mayor, el más santo
Cuando a unos les da tanto
Y a otros les da tan poco.

FRANCISCO CANO

Todo en el mundo declina,
Todo su término tiene,
Dios le da a quien le conviene
La protección o la ruina

ANTONIO BRÑEZ

Entre los improvisadores y repentistas zulianos del verso popular, se destacan por su inteligencia chispéate y su fecunda inspiración, los maracuchos Francisco Cano y Antonio Briñez,el cabimense Narciso Perozo, el altagraciano Rafael Ávila (a) TITAN, los boburenses Juan Guerrero, Juan García…. Encontrándose Cano una vez en la Asamblea Legislativa del Zulia, que se instalaba en esos momentos, alguien le pregunto por que estaba allí, y Cano respondió

Viendo la Legislatura
Con nueve legisladores:
Cinco jefes, tres doctores
Y de presidente un cura

En efecto. La Legislatura se componía en esa época de nueve diputados: cinco eran Generales, había tres Doctores, y el presidente era el Padre Francisco José Delgado

A mi me llaman “Titán”
En donde quiera que vaya,
Porque yo soy la muralla
Donde estalla el huracán

Debe ser por garantía
Que a mi me llaman” Titán
Porque en la cabeza mía
Hay el fuego de un volcán

RAFAEL ÁVILA “Titán. Nació en los Puertos de Altagracia del estado Zulia en 1875 y murió en 1925. Fue Sepulturero durante 50 años, hombre de pueblo, apenas sabía escribir, pero con gran inspiración e ingenio. Habiendo fallecido un amigo de Titán, este se acerco al cadáver improvisó lo siguiente

No sé por qué al morir
Se pone el hombre tan serio;
¡Quien pudiera descubrir
Ese sagrado misterio

Pedíle a mi Dios con calma
Que larga vida me dé
Que yo en cambió, rezaré
Oraciones por tu alma

El poeta Udón Pérez visitó en una ocasión a Los Puertos de Altagracia y quiso conocer a Titán y al presentárselo, Udón le dijo que iba a hacerle una pregunta para que se la contestara enseguida.

Aunque parezca profundo,
Preguntártelo es preciso:
¿Decíme:quién hizo el mundo
Y quién hizo al que lo hizo?

Titán le contestó inmediatamente:

Yo contesta te daré
Pero no de todas dos
Quien hizo al mundo fue Dios
Quien a Dios no lo sé

viernes, 30 de mayo de 2008

HUMBERTO CAMPO BRICE

HOY HE CITADO AL SILENCIO

Hoy he citado al Silencio
Para hablar de cosas confusas y distantes.

Vino a verme de blanco.
Vino a verme de comunión

Este mi silencio
Se entrevistó magnífico con su hermano mayor

Y hablamos

¡Que se yo!

Todo nos fue pasando delante,
Como el que está presto a morir,
Y no le queda más que un segundo de siglos.

Y me dijo
-¡Basta

Y le dije
-¡Es hora
De descorrer los velos y dislocar el tiempo,


Al fin poetas,
Hemos de ver las cosas por el lado más frío.
El hielo tiene mucho de parecido al Silencio.

Y el silencio
Se fue volviendo pálido,
Como se torna todo lo que nos viene al paso.

Y se fue tornando escaso.
¡Creí que me estaba quedando sin el silencio!
¡Cómo se moría el silencio!

Y me sentí pequeño.
Y me sentí distinto

¡Hasta el SILENCIO me está dejando sólo!


HUMBERTO CAMPOS BRICE. Nació en Maracaibo en 1915 y murió en Maracaibo en 1970 . Fue Doctor en Farmacia, Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, escritor de tendencia vanguardista en sus ultimas producciones
Perteneció a la sección de literatura del Círculo Artístico del Zulia, al grupo Tierra, al Centro Literario de Cabimas, desempeño la secretaría de actas de la Asociación de escritores Venezolanos Secciónal Zulia, director de la revista Baralt, obtuvo el primer lugar en el concurso del libro Zuliano 1944 con su obra LAXITUD. De Brice puede decirse, no necesitaba de arte ni de estética para captar la belleza o para expresarla.

P E D R O P A L M A R

DI MARACAIBO QUERIDO
------------------------------------------
Di Maracaibo querido
De tu batalla naval.
De tu lago de cristal
Y de tu jardín florido
De aquello que por olvido
Oficial se ha despojado:
De su natural pasado
De su fresco y su verdor,
Y de su cálido sol
Que hasta del sol se ha secado
Di de tus bellas palmeras
Y playa de pescadores
Y de tus alrededores
Tan exuberante que eran
Di. de aquella azul esfera
Que olímpica te cubría,
Y di Maracaibo mía
De tu pasado antañón
Y dinos algo de Udón
Tan lindo que te escribía
Dí de todas esas cosa
Y dinos de tu pasado;
Y dinos cómo ha quedado
El pueblo de Santa Rosa.
Los Puertos , Villa Gloriosa
De su batalla naval
Y de lo heroico y social
Que fueron tus Paraujanos;
Y dinos pueblo Zuliano,
De tu origen colonial
Dinos a continuación
Maracaibo, de tu infancia,
Y dinos de la importancia
Que tuvo al llegar Colón
Y di como información
En donde existe el Moján.
Y dinos en dónde están
Tus Paraujanos de plata.
Y dinos por qué a piratas
Heroicas glorias les dan

PEDRO PALMAR . Nació en Maracaibo en 1924 . Decimista Paraujano, criado en el Moján (Estado Zulia), ha sido obrero de cantera, cortador de Manglares, pescador y comerciante, pero sobre todo un gran compositor de poemas, danzas ,gaitas, bambuco y décimas, que refleja la vida de la comunidad con sus problemas socio-económico. Ha sido nombrado Patrimonio Musical del Estado Zulia. Su poesía es de arraigo popular que se encuentra comprometida con los valores tradicionales. Don Pedro dice que Zulia fue fundado por Paraujano.

DIMAS RAMÍREZ

BALADA

El ruido de tus pasos, semejante
Al de las hojas secas
Que el céfiro fugaz de los jardines
Esparce por la tierra,
Turbó el silencio majestuoso y grave
De la mansión severa;
Y hurtaron la atención de los creyentes
Que llenaban la iglesia,
Más que las ceremonias del Levita,
Tus formas de sirena.
¡Oh, adorable y risueña pecadora
Que al templo vas y rezas!
¡Cómo le habrías dado con tus gracias
Dolor a Magdalena!
Aquella tarde, azul como tus ojos,
Y como tú serena,
Pasaste junto a mi como la Dicha:
¡Sin mirarme siquiera!

Cuando te arrodillaste pensativa
Y tus labios de fresa
Se abrían y cerraban cual los pétalos
De una flor roja y fresca,
Que el céfiro fugaz de los jardines
Esparce por la tierra;
Cuando la voz del Cura venerable,
Quejumbrosa y austera,
Hizo a la fervorosa muchedumbre
Inclinar la cabeza;
Cuando palideciste como un nardo
Y en tus manos de cera
La bendita camándula fingía
Una serpiente negra,
Tú estabas junto a mi como la Dicha:
Sin mirarme siquiera!

Aquella tarde, azul como tus ojos,
Y como tú risueña
Sembró en mi corazón fieros dolores
Y trágicas tristezas…
Medí lo mucho que te adora el alma.
Pensé en tu indiferencia,
Y por mi mente lúgubre cruzaron
Fatídicas ideas…

Mañana, cuando el hilo de mi vida
La Segadora Eterna
Corte; y la tierra amante y compasiva
Oculte mi materia:
Si visitas la tétrica morada
Del llanto y la tristeza,
No te detengas en mi obscura fosa,
No repares en ella:
Pasa junto a mi tumba, cual la Dicha
Pasó por mi existencia:
Sin dejarle una flor que la perfume…
¡Sin mirarla siquiera!

LOCURA

_No vayas más al templo
Esta mañama
cuando orabas de hinojos,
con la fruición de la mujer cristiana
a los pies del sufrido Nazareno.
un extraño fulgor brilló en los ojos
del hombre justo y bueno.

celos tuve del Dios a quien venero,
y reprimir no pude mis enojos
al pensar, en mi loco desvarío,
que el hombre justo y bueno te miraba,
y al verte tan hermosa,batallaba
con impaciente brío
por dejar el fatídico madero
para echarse en tus brazos amor mío!

CORDURA

_No abandones el templo!
Esta mañana
cuando, humilde y de hinojos,
tu pecho abriste de mujer cristiana
a los pies del llagado Nazareno,
un fulgor de bondad brilló en los ojos
del Cristo dulce y bueno.

humillado ante el Dios a quien venero,
olvidé mis heréticos enojos
al pensar, tras mi loco desvarío,
que el Cristo dulce y bueno te miraba,
al verte tan hermosa, batallaba
con impaciente brío,
por desprender sus manos del madero
para unir nuestras almas, amor mío!

DIMAS RAMÍREZ. Nació en Maracaibo 1860 y murió en los Puertos de Altagracia (estado Zulia ) en 1920
Tipógrafo de profesión, rebelde, inspirador, bohemio. Contertuliano de los poetas de su época, que tenían su oficina en el diario “Ecos del Zulia”, poeta romántico con viso de modernismo( es un poeta que ha sido olvidado)

sábado, 24 de mayo de 2008

SILFREDO FLORES -

LA PALOMA

Su arrullo es un poema de ternura
Que escucha el alma con atento oído,
Y en su plumaje terso y encendido
Se pinta el iris cuando el sol fulgura.

Con tierno afán, con maternal dulzura,
Reina, amorosa, en el oculto nido,
Y es emblema en el templo bendecido,
Del sumo bien en la suprema altura.

Y vedla allá, cuando el torrente iguala
Montes y llanos…y al inmudo cieno
La corrompida humanidad resbala;
Ved cómo ufana, y rozagante el seno,
Del Arcase despide, y tiende el ala,
¡Nuncio de paz, por el azul sereno

SILFREDO FLORES. Nació en Maracaibo en 1870 y murió en Maracaibo en 1897, usó el seudónimo de Fernando, maestro de instrucción primaria, poeta. Asesinado muy joven por el periodista Marcial López Baralt, director del periódico El Heraldo, por luchas político- electorales, estudiaba para la época quinto año de Ciencias Política, fue director de la escuela Santa Barbara, colaboró con varios periódicos: La Mariposa . El Zulia Liberal, perteneció Al Centro Científico Literario. Postumamente sus padres recopilaron sus escritos con el nombre de RUMORES Y RUGIDO


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ANICETO RAMÍREZ Y ASTIER

ALGUNAS ESTROFAS DE LA VOZ DEL AVILA

Al Fiat soberano yo levanté la frente,
Y vime a la cabeza de un vasto Continente,
Los siglos desfilaron con sepulcral silencio;
Tuve prados y fuentes, y un sueño muy largo,
Que disipó el recuerdo de aquel silencio amargo

Después de muchos soles de atalayar el Caos,
vi llegar a la costas un enjambre de naos.
Eran los pobladores. De Atlantidad venían.
Y aquellos rudos Arios, que confundí con dioses,
Levantaron sus chozas, cual ínclitos Hebreos,
En los desiertos valles de mi lomos anteos.

Mil veces repitieron sus órbitas los astros,
Y en ese heroico ciclo los fieros pobladores,
Como indomable tribu, se hicieron mis Señores.
Yo vi sus magnos hechos, y conozco sus ritos;
Yo sé que son salvajes, el victorioso dardo,
Y es nectar de su boca la sangre del contrario.

Aquellos bravos hombres, de rústicos bohíos
Como las rocas, fuertes, y libres como ríos,
Vieron estupefactos llegar la hispana gente.
“!Son nuestros dioses- dicen- que bajan irritados!”
Y temerosos caen al suelo prosternados.

Aquí empieza el milagro de la fiera Conquista.
Aquí empieza la gloria épica del salvaje.
Nada en la Historia iguala su indómito coraje
Al defender altivo su libertad, su suelo.
Fue de dos grandes raza un espantoso duelo:
El choque de la Fuerza contra el Derecho Humano.

ANICETO RAMÍREZ Y ASTIER. Nació en Maracaibo en 1879 y murió en Maracaibo en 1956. Uno de los intelectuales más valioso de su época, hijo del gan poeta Abraham Ramírez. Fue Musicólogo, Periodista, escritor, ensayista, orador, uso el sedónimo Athos. Ensayista histórico que cultivó la semblaza biográfica y sera recordado como el autor de GALERÍA DE ESCRITORES ZULIANOS, importante estudio y recopilación para la historia literaria de Venezuela,tambien dejo semblazas sobre Alonso de Ojeda y Francisco de MirandaFue director de la revista Repertorio Zuliano y redactor de: Excelsior, El País, Panorama, Boletín del Centro Histórico del Zulia, perteneción al Centro Histórico del Zulia , del cual fue su fundador.

viernes, 23 de mayo de 2008

CARLOS L MARÍN -

A MARACAIBO

Tu rango y altivez, en todas partes,
De pueblo libre, asunto es de alabanza;
Y espléndido así tu nombre alcanza
Timbres que el juicio universal imparte

La ciencia te honra, te enaltece el arte,
La gloria en pos del porvenir te lanza;
Que alta la frente y llena de esperanza,
Tremolas del progreso el estandarte.

Patria, salud! Al fuego en que me abrazo,
Te ven mis ojos, en tu suerte fijos,
Surgir triunfante de tus justas lides;

Y el laurel que recojes a tu paso,
Colocare en las frentes de tus hijos
Con rayo de la lumbre que despides

CARLOS L MARÍN. Nació en Maracaibo hacia 1855 y murió en Caracas después de 1897, periodista y poeta fue director de la revista El Ángel del Hogar y del Ciudadano Esclarecido conjuntamente con Marcial López Baralt, redactor del Poemario El Cisne del Lago, fue administrador de la Revista El Zulia Ilustrado, más tarde residenciado en Caracas dirigió el organo informativo El Deber y el País.