viernes, 30 de mayo de 2008

DIMAS RAMÍREZ

BALADA

El ruido de tus pasos, semejante
Al de las hojas secas
Que el céfiro fugaz de los jardines
Esparce por la tierra,
Turbó el silencio majestuoso y grave
De la mansión severa;
Y hurtaron la atención de los creyentes
Que llenaban la iglesia,
Más que las ceremonias del Levita,
Tus formas de sirena.
¡Oh, adorable y risueña pecadora
Que al templo vas y rezas!
¡Cómo le habrías dado con tus gracias
Dolor a Magdalena!
Aquella tarde, azul como tus ojos,
Y como tú serena,
Pasaste junto a mi como la Dicha:
¡Sin mirarme siquiera!

Cuando te arrodillaste pensativa
Y tus labios de fresa
Se abrían y cerraban cual los pétalos
De una flor roja y fresca,
Que el céfiro fugaz de los jardines
Esparce por la tierra;
Cuando la voz del Cura venerable,
Quejumbrosa y austera,
Hizo a la fervorosa muchedumbre
Inclinar la cabeza;
Cuando palideciste como un nardo
Y en tus manos de cera
La bendita camándula fingía
Una serpiente negra,
Tú estabas junto a mi como la Dicha:
Sin mirarme siquiera!

Aquella tarde, azul como tus ojos,
Y como tú risueña
Sembró en mi corazón fieros dolores
Y trágicas tristezas…
Medí lo mucho que te adora el alma.
Pensé en tu indiferencia,
Y por mi mente lúgubre cruzaron
Fatídicas ideas…

Mañana, cuando el hilo de mi vida
La Segadora Eterna
Corte; y la tierra amante y compasiva
Oculte mi materia:
Si visitas la tétrica morada
Del llanto y la tristeza,
No te detengas en mi obscura fosa,
No repares en ella:
Pasa junto a mi tumba, cual la Dicha
Pasó por mi existencia:
Sin dejarle una flor que la perfume…
¡Sin mirarla siquiera!

LOCURA

_No vayas más al templo
Esta mañama
cuando orabas de hinojos,
con la fruición de la mujer cristiana
a los pies del sufrido Nazareno.
un extraño fulgor brilló en los ojos
del hombre justo y bueno.

celos tuve del Dios a quien venero,
y reprimir no pude mis enojos
al pensar, en mi loco desvarío,
que el hombre justo y bueno te miraba,
y al verte tan hermosa,batallaba
con impaciente brío
por dejar el fatídico madero
para echarse en tus brazos amor mío!

CORDURA

_No abandones el templo!
Esta mañana
cuando, humilde y de hinojos,
tu pecho abriste de mujer cristiana
a los pies del llagado Nazareno,
un fulgor de bondad brilló en los ojos
del Cristo dulce y bueno.

humillado ante el Dios a quien venero,
olvidé mis heréticos enojos
al pensar, tras mi loco desvarío,
que el Cristo dulce y bueno te miraba,
al verte tan hermosa, batallaba
con impaciente brío,
por desprender sus manos del madero
para unir nuestras almas, amor mío!

DIMAS RAMÍREZ. Nació en Maracaibo 1860 y murió en los Puertos de Altagracia (estado Zulia ) en 1920
Tipógrafo de profesión, rebelde, inspirador, bohemio. Contertuliano de los poetas de su época, que tenían su oficina en el diario “Ecos del Zulia”, poeta romántico con viso de modernismo( es un poeta que ha sido olvidado)

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