martes, 3 de junio de 2008

HECTOR CUENCA

GESTA

Era fuerte la india, de carne de montaña,

Y no cesa la danza bulliciosa
Hasta que el indio, a quien su dama acosa,
Rueda a los pies de la gentil guajira.

Vientre cuajado en oro y cabellos de ríos;
Era fuerte la india, más fuerte las Españas
Sometieron al yugo los vírgenes erios.

Trescientos años fueron…;ardió la sangre en sañas
Y un soplo adolescente filtro potentes bríos
En el cuerpo hecho a todas las influencias extrañas:
La nieve del invierno y el sol de los estíos.

En los pechos fecundos la raza mamó vida
Y hubo un florecimiento de anhelos redentores
En el alma radiante de la sierva oprimida.

Se oyó un tropel…; vibró una gran trompeta…
Y en el real conjuro de los Libertadores
Abrían el desfile Bolívar y Urdaneta.

AMÉRICA

América es mi grito inaudito y supremo.
Brújula de mis alas, tentación de mi planta,
Virginidad febril en que me quemo
Y razón musical en mi garganta
Y de ir a ti, oh selva, pampa, río,
Lago azul, isla verde, pueblucho tartamudo,
Y el vigor de mi carne y mi esfuerzo desnudo.

Menos que tus rincones me importan tus ciudades.
Quiero antes conocerte india libre y cerrera,
Mientras el formidable río de las edades
Acaba de tragarse tu nativa frontera.

Estás en mi camino y han de abrirte mis manos
Las cien bocas secretas que gurdan tu armonía.
Quiero tu pampa inmensa, quiero tus fuertes llanos
Con sus hombres cobrizos, sabios de su energía.

Te amo profundamente en tu tinta nativa,
Tatuaje de aborigen en pecho aventurero,
Porque eres más América, más nuestra patria viva,
Sin la raya geográfica, sin el sello extrajero…

Con tus costumbres sanas y tu orgullo encendido,
Tu cultura sin moldes, ancho tu corazón:
América que chupa su propio pecho henchido
Y lejos de su labio aún tiene el biberón.

Te amo total y una: grande, salvaje, pura,
Con tu conciencia aún ciega para la gran conquista,
Con mil bosques soberbios verdeando en la hondura
Y una lágrima tierna nublándote la vista.

Pero el hombre de afuera atisba tus rincones
Y matará sus armas tu audaz fisonomía.
Te ha asaltado el progreso con su hervir de legiones
¡ya estás casi muerta, gran América mía.!

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