jueves, 8 de mayo de 2008

JESUS ENRIQUE LOSSADA

V I A J E

Bajo las palmas locuaces
De grandes pestañas verdes.
La sombra, dulce al reposo,
Abriga mi pensamiento.
Caigo, náufrago del sueño,
En el hondo submarino
Vagar de la subconciencia.
Ante mí sus perspectivas
Un mundo nuevo despliega.
Me gobierna su dinamia
Y lo estoy creando yo mismo.
Se contorsionan los árboles,
Payasos abigarrados
Sobre su circo de arena.
Surgen vivos seres de humo
Con dislocados sucesos,
Criaturas de historias,
Fuera del ritmo del tiempo.
Flotan nieblas como algas;
Bordan el chal de la noche
Vegetaciones de llamas;
Cruzan dorados senderos
Rebaños de ovejas claras
Que sobre campos vidriados
Hacen cabriolas de espumas.

LAS NUBES TREPAN AL AVILA

Subiendo rocosas pistas,
Saltando azuladas cejas,
Avanzan –puntas de ovejas-
Copos de nubes turistas.

En las filudas aristas
Deshilachan sus guedejas
Sobre garganta bermejas
O rocallas de amatistas.

Corren, pasan casi en vuelo,
Nieve que aspira a la cumbre
Bajo la atracción del cielo.

Y al tomar del sol las gamas,
Un gran pebete es la cumbre
Con un vendaval en llamas.

LA CIGARRA DE SAN FRANCISCO

San Francisco de Asís, en las horas de siesta,
Iba a gozar el grato frescor de la floresta.
.
Las fuentes sus murmullos, los pájaros su canto,
Los árboles su sombra, regalaban al Santo.

San Francisco de Asís, por artes milagrosas,
Sabía los lenguajes de seres y de cosas

Hablaba con los astros y con los ruiseñores,
Lloraba con las fuentes, reía con las flores…

A veces, en los prados, para oír sus sermones
En torno a San Francisco bajaban los gorriones.

Y por morar tan lejos, tal vez no quedan huellas
De que a escuchar al Santo bajaran las estrellas.
SOL DE LOS MUERTOS

Sobre horizontes desiertos
Lampos lívidos y yertos.
¡Sol triste! ¡Sol de los muertos!

Cárdenas coloraciones.
Rayos de desolaciones.
Antártica floraciones.

Porqué esta cruel lumbre inválida
Aunque se encienda no es cálida,
Y es roja y parece pálida.

Del fondo sanguinolento
Viene un frío y un vago viento
Que turba como un lamento

Vientos que lleva en sus giros
Enigmáticos suspiros,
Rumor de alas de vampiros.

Hacia un cielo que no medra
Ilusión de carne ledra,
Suben ángeles de piedra.

Bajo las cárdenas luces
Se alzan bosques de cruces
Y lloran graves saúces

En horizontes desiertos,
Lampos lívidos y yertos.
¡Qué triste el sol de los muerto!


MARIA LUISA LOSSADA

Traspusiste el umbral del reino obscuro,
Y es vano que hacia ti los brazos tienda…
¡Como expresar esta aflicción tremenda,
Oh madre mía del amor más puro!

Tal vez bordada en flores, tras el muro
Negro del Más Allá, se abre tu senda,
Y suave aurora su fanal encienda
Sobre el inmenso piélago inseguro…

Pero si todo es polvo, y humo, y viento,
Si te perdí cual lumbre fugitiva,
Dentro de mi dolor te hallo y te siento.

¡Que, de mi amor filial dulce cautiva,
Alumbras sin cesar mis pensamientos
Y estás en mi recuerdo rediviva

JESUS ENRIQUE LOSSADA. Nació en Maracaibo 1892 ,y murió en
Maracaibo 1948. Fue :abogado, docente, escritor, ensayista , dramaturgo
Traductor, parlamentario, periodista, profesor universitario.

Connotado educador zuliano, considerado como el padre de la moderna
Universidad del Zulia. Fue uno de los fundadores del Centro Científico de Estudiantes, quienes publicaron la revista “Los Principios” que dio nombre a una generación de ilustres zulianos. Publicó su primer poemario Madrépora el cual revoluciono el mundo cultural Zuliano por su innovación modernista a lado de versos clásicos, y con pleno dominio del arte del soneto.
Perteneció también al grupo Seremos, fue Rector de la Universidad del Zulia, y es quien logra su reapertura, publicó La Maquina de la Felicidad,El Reloj de los Girasoles y otros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas tardes nos gusto su espacio somos del municipio jesus enrique losada, le pediriamos por favor publicar algunas otras cosas de losada,otros escritos
gracias