sábado, 28 de junio de 2008

SANTIAGO HERNÁNDEZ YEPES

RENUNCIAMIENTO

Santa Isabel de Hungría, carne y piel de azucena,
Pecaba de muy rica por sentirse muy buena.
Vió un angel que le dijo: “Date completa a Dios”…
Y sus sueños volaron a los cielos en pos.

Se fue al Convento entonces y desnudó , serena,
De sus ropas el cuerpo . Se podo la melena.
La ayudaron las monjas, asistidas de dos
Monjes (y estos sufrieron mútuo golpe de tos).

Repartió sus riquezas entre pobres mendigos.
Quienes fueron por siempre sus mejores amigos.
A todos alegraba con su risa y sus cantos,

Desde el día en que fuera, firme el pie y los labios mudos,
Los encajes y sedas a troncar por los rudos
Cilicios, que sensuales mordieron sus encantos.


M U S A N I P O N A
A Mitsuko

De japonesa tienes los orientales ojos
Que embriagan y enloquecen como el opio nipón,
Y el color de los labios, que con pinceles rojos
En la tez de marfil le trazó la ilusión.

Súbdita del Mikado, diosa de mil pagodas,
Hija del Sol, que vienes del Naciente a evocar
Los encantos exóticos de que alardean todas
Las esteras, los biombos y abanicos sin par!

Celeste criatura, flor de loto risueña,
De porte cimbreante como el de una cigüeña,
Más digna que ninguna del lindo parasol:

Yo te rindo mi verso, que en áureo pebetero
Sus resinas fragante da para tu sendero
Rosado como el suave rosa del caracol.

SANTIAGO HERNÁDEZ YEPES. Nació en Maracaibo en 1898, y murió en Caracas en 1978, Fue : , marino, periodista, político y escritor ( biógrafo, narrador y poeta ) , firmaba con sus iniciales S.H.Y. Nieto del Ilustre poeta Zuliano José Ramón Yepes. Inició estudios de medicina y efectuó estudio de marina en la Escuela Naval de Venezuela , perteneció al grupo “Seremos” , fue redactor de Estandarte y Director de Argos (Puerto Cabello) -Redactor de la “Semana”, “El Fonógrafo” y “El Excelsior ( Maracaibo) Secretario de: H L Boulton Cc. Y de Blohm Co. ( Pto Cabello) . Ocupó diversos cargos públicos: Concejal de Maracaibo, Secretario privado del Gobernador Vicencio Pérez Soto, jefe de sección de Aduana de Maracaibo, Diputado a la Asamblea legislativa del estado Zulia y otros . Dejó varios ensayos y trabajos Literrios dispersos en varios periódicos.

viernes, 27 de junio de 2008

BENEDICTO PEÑA

GLORIA A MARIA DEL MONTE CARMELO

A Monseñor Dr. Marcos Sergio Godoy

Fuente sagrada, perenne consuelo
Que ofrece al sediento peregrino
La linfa para el néctar cristalino
De tu infinita gracia en el Carmelo.

Esperanza del hombre, dulce anhelo,
Estrella que señalas el camino
De la eterna verdad, fulgor divino
Puesto por Dios para adornar el Cielo.

Flor que llenas el alma de alegría
Nunca tuvo fragancia la pradera
Como tu esencia virginal, María…

Y es astro esplendoroso y rubicundo
Antes de iluminar la vasta esfera,
Tus plantas besa y se ilumina el mundo

CROMOS
Alegoría los meses

I
Enero es una preciosa
Y pudibunda belleza,
A quien dio natuleza
Los encanto de una diosa,
Su semblante es una rosa
Que rompe apenas el broche;
Su cuerpo casto derroche;
Y hay en sus pupilas bellas,
El fulgor de las estrellas
En el manto de la noche.

II
Febrero es una vestal
de fascinadora tez,
Con la tersa languidez
De un lirio primaveral;
Y en su rostro virginal
Revela tanta dulzura,
Que al comtemplar su hermosura
De gracia circunvalada,
Se siente el alma embargada
Por un rayo de ternura.

III
Marzo es locuela: se agita
Atrayente y caprichosa ,
Sagaz, precoz y voluptuosa,
Risueña como Afrodita;
Mas es la niña bonita
Que el hipócrita despoja,
Luciendo la falda floja
Que a los galanes inquieta:
Es la musa del poeta
Que canta la endecha roja.

IV
Abril es la soñadora
Deida de sueños azules,
Que envuelta en gasas y tules
Besa la sonriente flora;
Su presencia tentadora
Llena de aroma la esfera:
Es la mágica hechicera
Que con sus manos de niña,
Da esplendor a la campiña
Despertando a primavera.

V
Mayo es mística creyente,
Tierna como una oración
Que nace del corazón
En un éxtasis ferviente;
Y en la estación esplendente
Que dá al prado lozanía,
Va con íntima alegría
Recogiendo entre las flores,
Su fragancia y sus colores
Para el altarde María.

VI
Junio es la dama gentil
De románticos antojos,
Lleva la llama en los ojos
De amante pasión febril;
Cuando su alma sutil
Es gala en la florescencia,
Embriagándose en la esencia,
Que despiden los capullos,
Su notas son los arullos
De un canto a la Providencia.

VII
Julio es la rustica dama
Que del seno de la tierra
Todo el tesoro que encierra
Ofrece a quien lo reclama;
El pecho de amor se inflama
Y con grata sencillez
De los campos al través
Cruza con pasos ligeros.
Dando a la vida el venero
Del oro que hay en las mies

VIII
Agosto es diva ideal
De luz y sangre formada,
Tiene en su ardiente mirada
Todo el ardor tropical;
Llena el ambiente estival
Con su mirífico aliento;
Fuego es de sacro talento,
Fuego es de la inspiración,
Es fuego en el corazón,
Es fuego en el pensamiento.

IX
Septiembre es apasionada,
Bellisima, tentadora:
Es la Diana cazadora
De carcaj y flecha armada,
¿Por qué se presenta airada
La de los dulces regazos?
¡si cárceles son sus brazos,
Arcos le son sus pestañas,
Y su mirada flechazo!

X
Octubre a viva el amor…
Es núbil, agresta rubia
Que con su benigna lluvia
Cubre el campo de verdor;
A su influjo bienhechor
Recobra su esplendidez
La sementera otra vez,
Pero ella incansable trilla,
Y dá al surco la semilla
Que ha de ser fruto después

XI

Noviembre es la peregrina
Eucarística profesa;
En casta flor de tristeza
Que exhala esencia divina;
Sobre las tumbas se inclina
Con el humilde salterio
Absorta ante aquel misterio
Murmurando una plegaria:
Es la tierra pasionaria
Del templo y del cementerio.

XII
Diciembre es de los profetas
La visión esplendorosa;
Es la Venus candorosa
Con que sueñan los poetas:
Sus párpados son violetas;
Lleva en su rica memoria
Siempre del año la historia;
Su aliento es soplo divino,
Que la impulsa en el camino
De la muerte y de la gloria.

BENEDICTO PEÑA. Nació en Maracaibo, en 1880 y murió en Maracaibo en 1940 . Desde muy joven empezó a trabajar en redacciones de periódicos escribiendo cronicas sociales. –Fundó la Revista Literaria”Sabatinas” y los periódicos: “El Eco Industrial”, “La Voz del Pueblo” y “La Información”. Escribió Drama , Zarzuelas, y poesias con su libro “Florilegio”.

sábado, 14 de junio de 2008

FELIPE BOSCAN ORTIGOZA

CUADRO VIVO

Te sorprendí bajo la fronda clara
Del campo en resplador de luna llena,
Y fue tu boca para mi, colmena,
Y la flor de tu carne, esencia rara.

Cual cítara ideal, con mano avara
Pulsé tu altiva esplendidez serena:
De la rósea epidermis de tu cara,
Hasta tu hermosa pantorilla helena.

Cuando la voz del gallo anunción el día,
Tendida sobre el césped, todavía,
Te sorprendió la límpida mañana…

Y prendió su pristina iridiscencia
Pinceladas de luz en la opulencia
De tu incitante desnudez pagana.

FELIPE BOSCAN ORTIGOZA. Nació en Maracaibo en 1890 y murió en Maracaibo en 1949. Fue escritor ( poeta y dramaturg) , poeta neo-clásico, fue el discípulo más íntimo a Udón Pérez- dijo una vez : “Yo sigo las huellas de nuestro Udón Pérez, en una palabra, las huellas de la poesía eterna”. Laureado veinticinco veces; entre esos lauros alcanzó dos Rosas Naturales. Publicó “Sonatinas Clásicas”,1949, “Arayanes” 1947, “Por los Caminos del Arte, 1948. Autor de obras de teatro, de fondo social y moralista, entre ellas: Arrepentimiento, El Policía No 13, Sangre Mía. Dejó inédita sus comedias La Loca, Bajo el imperio de la ley y Corazones abnegado.

MANUEL GONZÁLEZ HERRERA

EL AMOR ES LA VIDA
Para Guillermo Trujillo Durán

Como ese sol que el azul rotundo
Sustenta al universo y lo engalana
Con el píncel de su esplendor fecundo,
Es amor el espíritu del mundo,
Solaz y vida de la estirpe humana.

Doquiera está su influjo y poderío,
Lo envuelve todo en mágico embeleso:
Trueca en edén el mundanal erío;
Das a los anhelos generosos, brio,
Y vigor a las alas del progreso.

Por él la humanidad en franca ruta
Vuela hacía Dios; con religioso celo
Su ley acata; ofrendas le tributa,
Y en bienandanza terrenal disfruta
El prometido galardón del cielo

Recorre con sólicita presteza
De las desdichas la hondonada obscura,
La vía del dolor y la tristeza,
Para rendir en pródiga largueza
Salud, consuelo, protección, ventura

Mueve al hombre civil, mueve al guerrero
Que ve a la Patria en Férreos eslabones,
A redimirla del dominio fiero,
Y a guardar con su escudo y con su acero
El honor y la paz de las Naciones.

Baña a la juventud en respladores
Que la hinchen de hermosos ideales,
De alegría y encantos seductores,
Como revienta la campiña en flores
A los besos de luz primaverales.

En mozos y doncellas,cual un mago,
Mutua atracción despierta, mutuo empeño
De unir las almas; y en deliquio vago,
Placer les brinda y generoso halago
Con la dulce mentira del ensueño.

Anhelos y esperazas, complacido.
De Himeneo, después, cumple en el ara
Y en la alcoba nupcial, silente nido
De rosa y azahar entretejido,
La dicha enciende, como antorcha clara.

Erige hogares, que de goces llena;
En luenga sucesión tribus dilata,
Y en armonía y en unión serena
Liga los pueblos , las naciones ata.

El dá calor al estro del poeta
Y sublime concepto a la pluma;
Por él obra prodigío la paleta,
La flauta el numen órfico interpreta
Y maravilla el cincel consuma.

Endulza el alma, como fresca poma;
Como radiante luminar, la alumbra;
Derrama en ella delicioso aroma;
La arrulla, como al nido la paloma,
Con potencia de Condor y la encumbra.

Como el rocío sobre la flor marchita,
Alienta aletargadas ilusiones
Y muertas esperanzas resucita;
Con vivo ardor a la indolencia excita,
Y con blandura templa las pasiones.

Como al metal el fuego de Vulcano.
Él la razón del pervertido acendra:
Y lluvia proficua en el secano,
Hasta el mustio pecho del anciano
Rosas de gaya juventus engendra.

El amor es la vida. Es el fecundo
Divino aliento que de Dios emana,
Para animar y engrandecer al mundo;
¡sol que ilumina el ámbito rotundo!
¡Jordán perpetuo de la raza humana!

MANUEL GONZÁLES HERRERA. Nació en Maracaibo 1884 y murió en Maracaibo en 1963. Fue educador, impresor, periodista y escritor. Destacó como poeta épico de la escuela udonperiana, apegado a los moldes clásicos, laureado en diversas ocasiones por la perfección de sus sonetos. Perteneció al Centro Literario del Zulia, al Ateneo de Maracaibo y al Círculo Artistico del Zulia. Trabajó en los periódicos: Ecos del Zulia y en Panorama. Fundo la imprenta Americana y la revista Letras Castellanas . Obtuvo mención honorífica en el certamen de Pan y Letras. Premio en el certamen del Círculo Artístico del Zulia, publicó “Crisalidas” poesías (1911) y “Rimas Diáfanas” (1949)

viernes, 13 de junio de 2008

IDELMARO URDANETA

PROFESIÓN DE FE

Ser humilde, ser cándido , ser bueno
Llevar el alma limpia de pecado
Por los caminos, bajo el sol dorado,
Como un patriarca heleno.

Cultivar los rosales de la mente
Con la piedad, con la piedad por culto,
Y amar la vida silenciosamente,
Lejos del gran tumulto.

Pasar indiferente ante las cosas
Sin detenernos a inquir sus nombres,
Que en el mundo hay serpientes venenosa
Y en él están los hombres…

Amar e campo,ennoblecer la vida
Con el amor a la naturaleza,
Que nos aguarda siempre sonreída
Dentro de su grandeza

Buscar la soledad, refugio humano
Del dolor y la santa poesía,
Con un libro de Kempis en la mano
Por toda compañía

Irse, feliz por el sendero amigo,
Lanzando al sol la cristalino endecha,
Sin preocuparnos ya del enemigo
Que, en el recodo acecha.

Bañar en el azul nuestras miradas,
Entonar la oración pura y bendita,
sordos a las furiosas dentelladas
De la carne maldita.

Soñar, soñar en lo imperecedero,
Y en alas de ese anhelo inmarcesible
Buscar el luminoso derrotero
De la estrella invisible…

Y así vivir vida laudable y fuerte,
Lejos de toda ostentación y alarde,
En espera del beso de la muerte
Una solemne tarde.

A TUS OJOS QUERIDOS

Voy rendido hacia ti, voy tras los vagos
Misterio de tus ojos andaluces,
Que son como dos místicos halagos
Y como dos omnipotentes luces.

Ojos negros, románticos y magos,
En cuyo brillo celestial traduces
La dulzura infinita de los lagos
Y el símbolo doliente de las cruces.

Ellos, como dos ángeles divinos,
Iluminan de ensueño los caminos
Largos y lastímosos de mi suerte.

Pero también, bajo su extraña lumbre,
Hay algo que me impele hacia la cumbre
Silenciosa cercana de la muerte

ILDEMARO URDANETA. Nació en Maracaibo, en 1880 y murió en Panama en 1936, cuando ejercía la representación diplomática de Venezuela.
Fue uno de los más distiguidos y brillantes intelectuales de Venezuela, fue laureado en los Grandes Juegos Florales, qu se celebraron en la República Argentina, con motivo del primer centenario de la fundación de Ciudad Bolivar, en cuya justa triunfó sobre cerca de quinientos concursantes

miércoles, 4 de junio de 2008

RAFAEL YEPES TRUJILLO.

RAFAEL URDANETA

Llevaba la hidalguía del vasco entre las venas
y la virtud del indio dentro de su corazón;
su grandeza se alzaba sobre escabel de penas,
y su gloria tenía plinto de redención.

El Lago le dio el rito de sus ondas serenas,
la tierra le dio el surco recio de su blasón,
el sol se le hizo fragua para fundir cadenas
y el cielo le dio el límpido azul de la ilusión...

Con el lago, y su tierra, y su sol, y su cielo,
está vivo en la magia germinal de un anhelo
que florece en el alma con raíz de fulgor.
.
A sus pies ruge el trueno de los hombres-vestiglos
y él está sobre el filo sangrante de los siglos
hablando de la Patria con El Libertador.

RAFAEL YEPES TRUJILLO.Nació en Maracaibo en 1898, y murió en Caracas en 1972. Fue escritor (poeta, ensayista), hijo del periodista José Ramón Yepes Serrano y nieto del ilustre poeta José Ramón Yepes.
Se inició como escritor en la revista Principios, organo del grupo literario Ariel. Gano el concurso internacional de poesía en Madrid, convocado por el consistorio del Gran Saber con el poema Amor. Fue director de la revista Alma Latina, conjuntamente con el poeta Udón Pérez, donde publicó sus trabajos. Fue miembro correspondiente de la academia de Bellas artes de Barcelona (España), y miembro de número de la academia venezolana de la Lengua.Gano numerosos premios de poesía a nivel Nacional e Internacional, y fue un gran defensor del Zulia.

martes, 3 de junio de 2008

HECTOR CUENCA

GESTA

Era fuerte la india, de carne de montaña,

Y no cesa la danza bulliciosa
Hasta que el indio, a quien su dama acosa,
Rueda a los pies de la gentil guajira.

Vientre cuajado en oro y cabellos de ríos;
Era fuerte la india, más fuerte las Españas
Sometieron al yugo los vírgenes erios.

Trescientos años fueron…;ardió la sangre en sañas
Y un soplo adolescente filtro potentes bríos
En el cuerpo hecho a todas las influencias extrañas:
La nieve del invierno y el sol de los estíos.

En los pechos fecundos la raza mamó vida
Y hubo un florecimiento de anhelos redentores
En el alma radiante de la sierva oprimida.

Se oyó un tropel…; vibró una gran trompeta…
Y en el real conjuro de los Libertadores
Abrían el desfile Bolívar y Urdaneta.

AMÉRICA

América es mi grito inaudito y supremo.
Brújula de mis alas, tentación de mi planta,
Virginidad febril en que me quemo
Y razón musical en mi garganta
Y de ir a ti, oh selva, pampa, río,
Lago azul, isla verde, pueblucho tartamudo,
Y el vigor de mi carne y mi esfuerzo desnudo.

Menos que tus rincones me importan tus ciudades.
Quiero antes conocerte india libre y cerrera,
Mientras el formidable río de las edades
Acaba de tragarse tu nativa frontera.

Estás en mi camino y han de abrirte mis manos
Las cien bocas secretas que gurdan tu armonía.
Quiero tu pampa inmensa, quiero tus fuertes llanos
Con sus hombres cobrizos, sabios de su energía.

Te amo profundamente en tu tinta nativa,
Tatuaje de aborigen en pecho aventurero,
Porque eres más América, más nuestra patria viva,
Sin la raya geográfica, sin el sello extrajero…

Con tus costumbres sanas y tu orgullo encendido,
Tu cultura sin moldes, ancho tu corazón:
América que chupa su propio pecho henchido
Y lejos de su labio aún tiene el biberón.

Te amo total y una: grande, salvaje, pura,
Con tu conciencia aún ciega para la gran conquista,
Con mil bosques soberbios verdeando en la hondura
Y una lágrima tierna nublándote la vista.

Pero el hombre de afuera atisba tus rincones
Y matará sus armas tu audaz fisonomía.
Te ha asaltado el progreso con su hervir de legiones
¡ya estás casi muerta, gran América mía.!

UDON PEREZ

GENERAL RAFAEL URDANETA

I Ofrenda

Este bronce, esta losa, esta leyenda
Que el arte buriló con diestra mano,
Tributo son al paladín zuliano
Con que la Patria gratitud le ofrece

En rudo cerco o en campal contienda
Vencido o vencedor, contra el hispano,
Ciñó su frente de laurel lozano
Y en verdes palmas exornó su tienda.

Cuando envainó el acero, con la pluma
En el solio, en la prensa, en el bufete,
Lauros segó también en larga suma.

Y al enfrentarse a la traición armada
Que en contra de Bolívar arremete,
Tronó su pluma y fulminó esa espada.

II El Bronce del Héroe

Afirmas en la base tu épica ufanía
Como se yergue el cóndor encima de un peñól;
Y allí –mirando a Oriente- la clara luz del día
A cada nueva aurora te baña en su arrebol.

Quizá si por el Lago, allá en la lejanía,
De Hojeda ves la nave seguida de su estol…
Acaso el trance evocas de la naval porfía
En que se hundió el antiguo poder del español…

Refieren los anales de viaje paganía
Que daba extraños ritmos de mágica armonía
La estatua de Memnónides al ósculo del sol:
Tal vez así tus labios, vibrantes de energía
Recuentan tus hazañas, cual de la mar bravía
El tumbo de las olas repite el caracol

DANZA GUAJIRA
Para en la hacienda el tráfago de día;
Y al entregar la tribu sus labores,
Con chumbes y refajos de colores,
A su modo salvaje, se atravía.

Después, en la cercana ranchería,
Resuenan papayeros y tambores,
Semejando los ecos vibradores
Un iracundo mar bajo la umbría.

La tribu forma cerco; y al instante,
Suelta pareja, en danza extravagante,
Se estrecha, huye, retrocede, gira…

Y no cesa la danza bulliciosa
Hasta que el indio, a quien su dama acosa,
Rueda a los pies de la gentil guajira.

UDON PEREZ

LA LEYENDA DEL LAGO

A José Ignacio Lares

-Poema Indiano

En pos de un blanco de alígeras gaviotas
El de Ojeda venía de comarcas remotas,
Por las ondas cerúleas que riza el Caribe,
A las doradas costas donde el indiano vive,
Venía con ensueños de ambición y de gloria
A segar nuevos lauros para prez de su historia,
A ofrecer nuevos timbres a su gente bizarra.
Tras las níveas gaviotas se interno por la “Barra”
De arenosos bajíos coronados de espuma;
Y en su barco ligero cual levísima pluma,
Al hallarse de pronto con un lago de seda,
Se quedó sorprendido Don Alonso de Ojeda.
En su sueño de gloria, ambición y fortuna,
Nunca vio que alzara más hermosa Laguna,
Ni aquel otro prodigio que a la incierta mirada
Ofrecía el señuelo de una isla encantada.
Avanzó al Occidente bajo el ala sonora
De la brisa. Extasiado, de su nave en la prora,
Y a la luz de una tarde de irisados reflejos,
Al país milagroso contemplaba a lo lejos.
Avanzó,!a medida que avanzaba a Occidente,
De sus chozas lacustres, en la margen riente,
Los indianos miraban con suspensa pupilas
El cruzar de la nave por las ondas tranquilas

Lago adentro, al abrigo de un recodo suave,
Recogidas las velas, soltó anclas la nave;
Y al compás de dos remos, sobre frágil barquilla
Don Alonso de Ojeda dirigióse a la orilla.
Y salto, y a la sombra de profusa arboleda,
Sobre rústico asiento, Don Alonso de Ojeda
Contempló con pupila codiciosa y avara
El grandioso espectáculo de la tierra de Mara.
Largo espacio quedóse pensativo y absorto,
Con la vista en las ondas.

El ocaso era un orto;
Como un orto, que haciendo de su púrpura alarde,
Disolvía en las ondas el fulgor de la tarde.

De repente un anciano
(Su color y su traza
Denunciaron que él era de índica raza)
Y le dijo el anciano en su lengua nativa:
-Señor , ¿ qué de mi suelo te subyuga y cautiva?
¿qué tanto te embelesa? ¿qué tanto te complace,
A ti que acaso vienes de donde el día nace?
Calló. Y habló el de Ojeda con entusiasta acento:
-Mi planta peregrina cruzó lugares cientos.
Yo he visto en largos viajes de guerra y de aventura.
Cien pueblos encantados, cien islas de verdura.
Donde tal vez habiten bajo frondas discretas
Los genio y los dioses que evocan los poetas.
La tierra de mis padres, venero de primores,
Mi noble Patria, aquella Patria de mis amores,
Mi tierra, toda llena de encanto y poesía,
Como la más hermosa del mundo la creía.
Más hoy, cual don más alto, me brinda la Fortuna
Llegar hasta la margen que te sirvió de cuna;
Y al ver tu Lago en donde parece que palpita
Un corazón, que un alma poética se agita,
Que junta el mar sus linfas bajo dosel de frondas
Sin que el Caribe amargue las mieles de sus ondas;
Al ver de sus orillas el rico panorama
Que en olas de proficua verdura se derrama;
Al ver de su lomo terso como cristal pulido…
Eriales me parecen las tierras que vivido.
Tú que naciste en estas magníficas regiones,
¿No sabes por venturas de viejas tradiciones
Que digan el origen de tu gentil Laguna?
Y respondió el anciano, lleno de orgullo:
Hay una
La saben cuantos indios recorren la floresta
Del Lago, En los areitos y en las nocturnas fiestas
Nosotros la decimos en trémulos cantares,
Al son de los carrizos, bajo de los palmares.
¿Eres poeta? Cántala en tu salvaje idioma,
Que tienen mis oídos arrullos de paloma.
¿ Paloma? ¿Quién a orillas de mi Laguna quieta
No sueña, no se inspira, no canta…no es poeta?
Sabrás la extraña historia; mas no por lengua mía:

Después hacia la orilla se adelantó el anciano:
Batió en señal, tres veces, las palmas de la mano;
Y un grupo de desnudas doncellas, al aviso,
Dejando sus flotantes cabañas, de improviso
Somorgujó en las linfas sus curvas y sus flancos,
Moviendo en torno espumas como plumajes blancos.
Rompió con diestros brzos las ondas,en que el día
La luz del vespertino crepúsculo ponía;
Y al alcanzar la orilla con algazara leda,
Formó un semicírculo delante del de Ojeda.

Cantad –dijo el anciano, de las indias al coro-
La leyenda del Lago cristalino y sonoro.
Y en su canto de ritmo melancólico y vago,
Refirieron las indias la leyenda del Lago;

Cuando en remotos días, un jefe, el Gran Zapara,
Ocupó estas regiones con su tribu preclara,
Por el vasto dominio donde el Lago murmura
Levantaba una selva su gigante espesura.
En redor de sus lindes lujuriosas y hurañas
Fabricaron los indios sus alegres cabañas;
Mas ninguno enel seno de la selva podía
Penetrar, que la selva misteriosa y umbría
Reservó el Gran Zapara, por arcano deseo
O capricho de jefe, para propio recreo.
Allí alzó su morada peregrina y en ella,
Con Maruma su hija, con Maruma la bella,
Departía en las horas de reposo.

Maruma
No sabía de amores; en las tardes sin bruma
Y en las noches serenas –singular poetisa –
Le cantaba canciones de ternura imprecisa,
O acordábale en verso de armonías extrañas
De su estirpe guerrera las heroicas hazañas
-¡El amor! ¡Cosa inútil!- el Cacique decía:
Y aunque bravos guerreros de probada hidalguía
Requirieron la mano de la india hechicera,
Ni una alegre esperanza vislumbraron siquiera.
-¡El amor! ¡Cosa inútil y el Zapara egoísta,
A Maruma la hermosa, a Maruma la artista,
Confinó en su morada, cual un raro tesoro,
Por gustar de sus versos y su canto sonoro.
Mas un día el Cacique se alongó por la estrecha
Senda del mar…

Maruma, con el arco y la flecha,
Y en la cintura breve la bien provista aljaba,
Detrás de un ciervo arisco la selva atravesaba.
Corría tras la pieza sin calma ni repiro;
De pronto se detuvo: la pieza estaba a tiro.
Llevóse al pecho el arco de recia contextura,
Calada ya la vira sobre la cuerda dura…
Fue a disparar…

Repente, con rápido zumbido
Vibró otra flecha: el cirvo cayó de muerte herido;
Y en medio de la selva misteriosa y callada
Quedó Maruma absorta, suspensa la mirada,
El arco distendido, la flecha sobre el arco,
Mientras la res gemiá sobre purpúreo charco
un cazador apuesto, del fondo del boscaje
Encaminó sus pasos hacia la res salvaje,
En cuya fuente, como si fuera un asta fina,
Veíase clavada la fuerte jabalina.
Maruma fue al encuentro del cazador que, ufano,
Alzaba en ese punto con vigorosa mano
La pieza, todavía caliente y palpitante.
-¿Quién eres, y qué buscas?

El indio irguió el semblante
Dejo sobre la alfombra la ensangrentada presa…
Y contempló a Maruma con plácida sorpresa.
-¿Quién eres, y qué buscas en la selva sagrada,
A todos, por mi padre, sin excepción vedada?
Así la india
Y luego, bajo la fronda obscura
Del bosque, se miraron con tímida ternura.

-Tamare soy, y vengo de mi nativa tierra.
Una virtud divina mi corazón encierra;
Yo canto, soy poeta; pero la gente mía
Rechazan a los que adoran la excelsa Poesía.
Errante voy, mas nunca será que el paso vuelva;
Crucé, no supé cómo, las lindes de tu selva;
Y en ella voy perdido, durmiendo entre sus grutas,
Bebiendo en sus raudales, gustando de sus frutas.
¡Oh hermosa! Yo ignoraba que el tránsito en su seno
Vedado está: perdona si de malicia ajeno
Me entré por la espesura; conozco ya la veda:
Indícame el camino por do alejarme pueda
A donde el Gran Espíritu morada me depare.
Tal, de emoción henchido, le respondió Tamare;
Y bajo el rico dombo cubierto de verdura
Tomaron a mirarse con íntima ternura.

-Tamare:-dijo entonces Maruma, y fue su acento
Como rumor de cañas mecidas por el viento-
El don porque tu pueblo te aleja y te abandona,
Mi espíritu lo siente, mi labio lo pregona.
Para escuchar mis cantos, que a otro oído niega,
Del trato de los hombres mi padre me relega,
Maruma soy, la hija del Gran Zapara; pero
Aunque vedado el sitio, privarte del no quiero.
Mi padre se halla ausente de la selva; conmigo
Ven: en mi oculta choza te ofrezco pan y abrigo.
Repararás tus fuerzas…Te marcharás mañana,
Cuando mi padre torne de su excursión lejana…
En tanto, solos, solos y en dulce desvaríos,
Me cantrás tus versos, te cantaré los míos..

Y por vereda inculta que el cazador desbroza,
Se fueron, lentamente, camino de la choza

-¿Es cierto?
-Es cierto padre.
El indio está en mi alcoba
De verdes palmas, sobre mi lecho de caoba.
Tu pan comimos juntos, hicimo un derroche
De música y de versos; y al extender la noche
Sus lúgubres tinieblas, él en mis brazos preso´
Dormimos juntos, juntos, después de un largo beso.
¡Maruma!
- Es cierto, padre. Nos unen fuertes lazos,
- Y torno ahora al cielo divino de sus brzos
- Maruma entró en la choza…


El Gran Zapara, hechido
De rabia, dio a los aires colérico rugido,
Que estremeció a los lejos del monte la garganta;
Batió la dura tierra con formidable planta,
Y, cual si herida fuese por rudo cataclismo,
La selva, bajo el golpe, se convirtió en abismo.
Los caudalosos ríos, desde las cordilleras
Vecinas, descendieron con ímpetu de fieras,
Y, a modo de un diluvio terrífico y disforme,
Vaciaron sus torrentes en el abismo enorme.
Entonces el Cacique con sus robustas manos
La tierra abrió hacia el Norte: sus odios inhumanos
Llenar la cuenca ansiaba…y, como fuga loca,
El mar entró al abismo por la entreabierta boca.
Así, ya satisfecho del vengativo estrago,
Entre el Caribe undoso y el apacible Lago
-después que de su tribu cedió el gobierno a Mara
En arenosa isla se convirtió el Zapara.
Y en tanto que en estrofas de rítmica dulzura
Cantaba la pareja su amor y su ventura,
Del mar las densas olas y el agua de los ríos,
Fundiendo en solo un ímpetu sus poderosos bríos,
Giraron, y en vórtice de arenas y espuma
Hundieron improviso la choza de Maruma.
Cantaba la pareja cuando se hundió: y los sones
Postreros de sus cantos, por entre los turbiones,
Flotaron en las olas a modo de una queja
Lanzada en la agonía por la gentil pareja.

Desde entonces las almas de los tiernos amantes.
En las ondas del Lago difundidas y errantes:
Van cantando los sueños de su enterna ventura:
Es su voz la que suena cuando el Lago murmura;
Y el rumor de la brisa de las ondas levanta,
Es su ritmo que vuela, es su verso que canta.

Tal, en voz que el susurro de las auras remeda,
Con su música extraña cautivando al de Ojeda,
Entonaron las indias en unísono coro

¿Quién duda que en el Lago parece que palpita
Un corazón, que un alma poética se agita?
El céfiro y la onda, el pájaro y la rama,
Pregonan el prestigio de esa virtud.

Y es fama
Que le basta, ya en cinta, a la madre futura
Somorgujar sus formas en la corriente pura,
Para que luzca el hijo sobre su sien de esteta
La aureola que anuncia la gloria del poeta.

domingo, 1 de junio de 2008

IMPROVISADORES ZULIANOS folclor popular

IMPROVISADORES ZULIANOS
Folclor popular

Francisco Cano fue uno de los brillantes improvisadores populares, de aliento lírico y agudeza para hacer estrofas perfectas.
Don Francisco Schmilinski, se encontraba en la Zulianita, ( sitio frecuentado por literatos y poetas del Maracaibo de ayer) de pronto vio que llegaba Francisco Cano, y al verlo lo invitó a una copa que Cano agradecido al tomarla dijo:

¿Drinky? Yes dice el inglés
Y yo digo yes y drinky
Por ser la primera vez
Que bebo con Schmilinski.

Entre aplausos y felicitaciones a Cano por ese verso, otro de los presentes le dijo a Cano; Si hacéis un verso que rime con indio, te regalo una botella de brandy, sin hacerse esperar mucho Cano contestó de esta manera:

Bajo de un frondoso pindio,
Es pino, me equivoqué,
Pero así fue que encontré
El consonante de indio.

Antonio Briñez, hombre dotado de una capacidad asombrosa, para improvisar versos, aunque también componía Sonetos, siempre tenía el verso a flor de labios.
Su hijo Jesús Bríñez Rodríguez, zapatero de profesión fue un inspirado poeta, que ganó certámenes y formó parte de los Cenáculos Literarios de su tiempo.
Antonio Bríñez y Francisco Cano eran en esa época los bardos que gozaban de la popularidad y admiración del pueblo.

Una vez Cano le pregunto en verso a Bríñez.

Antonio quisiera verte
Discernir en el instante,
¿Qué misterio hay importante
Entre la vida y la muerte?

Antonio Bríñez con su característica de profundizar en el verso le contesto.

Entre la vida y la muerte
Hay un asunto tan serio,
Que no me alcanza el criterio
Francisco pa”responderte.

Otra vez Cano le dijo a Bríñez.

Dime la razón cuál es
Por qué el agua cuando sube
Y se condensa en la nube
Vuelve a caer otra vez.

Y Bríñez de esta manera le dio la contestación.

A la ley de gravedad
Obedece su caída,
Y así del cielo venida
Es a todos caridad.

Cierto día en que Bríñez se encontraba en su cotidiana labor, como vendedor de café molido, llegó a que un cliente, una de esas pulperías que solía visitar; El pulpero le dijo al oído “Esa señora que está ahí, es usurera, presta cinco a dar siete, hácele un verso”.

Dios en el infierno mete
El alma cuando se muera
De la persona usurera
Que presta cinco a dar siete.

La señora airada le dijo, estáis equivocado, pues yo presto cinco a dar seis, Bríñez remató con esta estrofa.

Tampoco te imagineis
Que Dios del libro te borre,
El mismo peligro corre
Quién presta cinco a dar seis.

VERSOS IMPROVISADO(Folclor Popular)

Antonio cantá con calma
No me cantéis tan veloz
Para disputar la palma
Del talento entre los dos

FRANCISCO CANO

Francisco, estoy en la edad
De galana primavera,
Y hago el verso de carrera
Como la electricidad,
Porque yo me estoy creyendo,
Que si salgo caminando,
El paso que vaya dando
Son versos que voy haciendo

ANTONIO BRIÑEZ

Quién diablo se va a parar
A cantar en mi presencia,
Cuando navego en la ciencia
Como falucho en el mar

FRANCISCO CANO

Muera la que a luz me dio
Que salga el diablo y me asombre,
Si en el mundo hubiese un hombre
Que haga más versos que yo:
Hay en el cerebro mío
Un mundo lleno de versos,
Que me salen sin esfuerzos,
Como el desborde de un río

ANTONIO BRIÑEZ

Dios es el hombre más loco
Siendo el mayor, el más santo
Cuando a unos les da tanto
Y a otros les da tan poco.

FRANCISCO CANO

Todo en el mundo declina,
Todo su término tiene,
Dios le da a quien le conviene
La protección o la ruina

ANTONIO BRÑEZ

Entre los improvisadores y repentistas zulianos del verso popular, se destacan por su inteligencia chispéate y su fecunda inspiración, los maracuchos Francisco Cano y Antonio Briñez,el cabimense Narciso Perozo, el altagraciano Rafael Ávila (a) TITAN, los boburenses Juan Guerrero, Juan García…. Encontrándose Cano una vez en la Asamblea Legislativa del Zulia, que se instalaba en esos momentos, alguien le pregunto por que estaba allí, y Cano respondió

Viendo la Legislatura
Con nueve legisladores:
Cinco jefes, tres doctores
Y de presidente un cura

En efecto. La Legislatura se componía en esa época de nueve diputados: cinco eran Generales, había tres Doctores, y el presidente era el Padre Francisco José Delgado

A mi me llaman “Titán”
En donde quiera que vaya,
Porque yo soy la muralla
Donde estalla el huracán

Debe ser por garantía
Que a mi me llaman” Titán
Porque en la cabeza mía
Hay el fuego de un volcán

RAFAEL ÁVILA “Titán. Nació en los Puertos de Altagracia del estado Zulia en 1875 y murió en 1925. Fue Sepulturero durante 50 años, hombre de pueblo, apenas sabía escribir, pero con gran inspiración e ingenio. Habiendo fallecido un amigo de Titán, este se acerco al cadáver improvisó lo siguiente

No sé por qué al morir
Se pone el hombre tan serio;
¡Quien pudiera descubrir
Ese sagrado misterio

Pedíle a mi Dios con calma
Que larga vida me dé
Que yo en cambió, rezaré
Oraciones por tu alma

El poeta Udón Pérez visitó en una ocasión a Los Puertos de Altagracia y quiso conocer a Titán y al presentárselo, Udón le dijo que iba a hacerle una pregunta para que se la contestara enseguida.

Aunque parezca profundo,
Preguntártelo es preciso:
¿Decíme:quién hizo el mundo
Y quién hizo al que lo hizo?

Titán le contestó inmediatamente:

Yo contesta te daré
Pero no de todas dos
Quien hizo al mundo fue Dios
Quien a Dios no lo sé